Por Irán Capote ()
PInar del Río.- Este tesoro empezó su viaje hacia mi desde la Provincia de León, España, hasta Madrid y de Madrid voló hasta Nueva York y de Nueva York hasta su destino final en Pinar del Río.
De todos los libros que tengo y que he tenido, este será, por mucho, el más especial de todos.
Se trata de una edición facsimilar de La Edad de Oro. O sea, cada página de este libro es exactamente idéntica al original. El tamaño de sus hojas, la coloración, el papel, los grabados de las ilustraciones, el peso de cada hoja, y hasta con las marcas que dejó la Tipografía de William Street 77, propiedad de Dacosta Gómez: finas líneas de tinta, diminutas salpicaduras y huellas que algunas hojas aún frescas dejaron sobre la de enfrente.
Para su meticulosa edición facsimilar, en manos de mi amado Luis Enrique Valdés Duarte, Cuban Heritage Collection, University of Miami Libraries, cedió gentilmente los números de la edición príncipe. Y además muchas, muchísimas personas apoyaron la financiación de un proyecto tan hermoso como necesario.
«De puntillas, de puntillas»… Me desperté esta mañana y fui directo a hojearlo de nuevo, como quien tiene en sus manos un pedazo de nube. Todavía no me lo creo.
Voy a leerlo íntegramente, como si nunca antes lo hubiese hecho. Voy a leerlo como si fuera julio de 1889 y por primera vez saliera a la luz.
Gracias a Luis Enrique por todas las lágrimas que hay detrás de esta maravilla.
Y gracias a Dagoberto Valdés por acceder a ponerlo en mis manos.