Por Carlos Cabrera
Madrid.- Los agentes de influencia del tardocastrismo en USA siguen con sus pataleos de ahogados pidiendo el levantamiento del embargo comercial y que saquen a los piratas del Caribe de la lista de países patrocinadores del terror global.
El penúltimo invento es una tesis para poner límite a las sanciones, pero nada de poner límites a las dictaduras que tanto daño provocan con sus prácticas liberticidas y hambreadoras de alimentos, agua, medicinas y luz, entre otras proezas.
Biden hace ratón y queso eligió una vía intermedia entre Trump y el generoso Obama que dio mucho a la dictadura a cambio de la marcha atrás más estruendosa de la historia de Cuba.
Agentones y gusañeros juegan con la frágil memoria y el desconocimiento, pues hace ahora un año, la Casa Blanca y el Vaticano buscaron una solución, que pasaba por la liberación sin destierro de los presos políticos made in 11 J; entre Navidad y Reyes.
La Habana empezó a jugar al ratón y al gato hasta el punto que el siempre comedido cardenal Stella dijo que “esos muchachos (presos) tienen que estar en sus casas”.
Y la casta verde oliva y enguayaberada repitió el apendejamiento de Raúl Castro ante Barack: No hemos encontrado consenso en la dirección revolucionaria.
El resto son magias e invenciones de los canallas y sus criados que andan intentando revitalizar la campañita; mientras la mayoría de los cubanos sobremuere.
Cojan los currículums de la liberada en el PCC de Granma y su relevo para que vean el nivelazo; pobres vecinos de Bayamo, Manzanillo y adyacentes.