Por Jorge Menéndez
Cabrils.- Como un barco sin rumbo va en política interna y externa Su Sanchidad. Aburrido de las criticas por su adhesión a terroristas, separatistas y prófugos de la justicia, decidió sentarse en un avión con el primer ministro belga, Alexander De Croo, el mismo que miró para otro lado cuando se le pidió la extradición de Carles Puigdemont.
En la aeronave iban dos payasos, y nada mas q a Palestina e Israel y armaron el lío.
En palestina, Sánchez dijo que si la Unión Europea no reconocía al Estado palestino, España la reconocería. Y en Israel, que tenía derecho a defenderse sin matar a la población civil y exterminarla.
Evidentemente, esa posición ambigua no hizo esperar la reacción del gobierno israelí, que llamo al embajador español para cantarle las 40.
¿Pero quién aplaudió la reacción de Sánchez?
Nada menos y nada mas q Hamás, el iniciador de todo este conflicto y terroristas reconocidos a nivel internacional.
Cuando esto sucede, algo muy mal estaría haciendo el señor Sánchez que, visto lo visto, de política bien poco sabe, y de alianzas con terroristas mucho.
La Unión Europea como siempre, se mantuvo calladita.
En clave interna, ya se dice que el alboroto con Israel fue «aconsejado» para desviar la atención de la amnistía.
Su Sanchidad tiene un cerebro muy corto, y, según encuestas de hoy mismo, el Partido Popular ya le saca hoy un siete por ciento en intención de votos.