Por El Estado como tal ()
La Habana.- Cuba es un caso de pauperismo sin solución a la vista. Con salario medio inferior al valor de la Canasta de Bienes y Servicios de Referencia (CBSR) y con pensiones de miseria, el gobierno debería aclarar qué debería entenderse por soluciones “en la medida de las posibilidades”.
El salario no debería ser entendido en Cuba -como parece considerarse ahora- como una remuneración vinculada con indicadores de “cumplimiento” empresarial, pero que se encuentra desconectada del costo de las necesidades básicas de consumo familiar.
Quizás deberían incluirse en el debate actual las diferencias entre salario “justo”, salario “mínimo” y salario “digno”. Se debate en otras partes y tiene sentido hacerlo en Cuba. Para empezar, un salario “justo” -por criterios de empresa- pudiera no reflejar el costo de la vida.
Incluso utilizando el dato oficial de CBSR que muchos especialistas consideran subvalorado, la “élite” obrera cubana tiene un salario medio (6281 CUP) que apenas supera en tres por ciento el costo del consumo básico. En alto grado, es pobre en Cuba quien depende de un salario estatal.
La denominación de las pensiones en Cuba como pensiones de “miseria” no es “hipercriticismo”. Se corresponde con la definición de miseria en el sentido de no poder satisfacer de manera estable necesidades materiales elementales.