Por Doctora Alina Arcos Fernández-Britto
La Habana.- Algunos, cada vez menos, aún estamos en Cuba. Algunos, cada vez menos, seguimos ejerciendo la medicina, intentando salvar vidas (o al menos aliviar el sufrimiento), a pesar de la carencia de casi todo para trabajar, para llegar cada día a donde lo hacemos.
A pesar de que hacerlo, nos está matando, porque cada día tenemos menos y arriesgamos más y mientras tanto, vamos dejando la vida en ello. Pero nada es suficiente. Nunca lo es.
Y no solo somos una especie de esclavos modernos. Somos rehenes y víctimas (a veces, vergonzosamente, algunos también son cómplices) de sus falacias sobre la salud en Cuba, que pregonan gratuita, universal y de calidad.
Y estamos indefensos ante el inmenso y absoluto poder que nos explota, nos utiliza, llegado el caso nos desampara y nos desecha.
Hoy son ellos, mañana podemos ser cualquiera de nosotros. No te creas a salvo… no lo estás.
He aquí un ejemplo.
Gracias al Drc Esequiel Hernández Almeida y a todos aquellos que junto a él han alzado su voz para no dejarlos solos. Para no sentirnos solos…
Al gremio médico y a todos los granmenses…
Quienes me conocen saben que soy un médico internista, que ha trabajado más de 34 años en el Hospital Celia Sánchez Manduley, de Manzanillo, como médico asistencial y profesor, más allá de mis titulaciones académicas y profesionales, saben que cada día veo muchos enfermos en mi sala de siempre (2L) y hasta en mi casa, ya estoy llegando a mis 60 años y -a pesar de mi pobreza, propia de todo cubano, que ha decidido vivir aquí- no tengo nada de qué arrepentirme.
Con asombro absoluto me he enterado de que 6 médicos, cirujanos, colegas, jóvenes, talentosos, con familia, hijos incluidos han sido juzgados y condenados, como vulgares delincuentes, por un tribunal en la ciudad de Bayamo, donde tengo grandes amigos, colegas y donde frecuentemente viajo para realizar ejercicios docentes, tribunales y hasta para evaluar enfermos.
Me OPONGO a ese juicio y a esa condena, los médicos no somos criminales, los errores médicos no son delitos, sé todos los pormenores de la actuación de esos profesionales y yo (como varios de mis colegas) hubiéramos hecho lo mismo.
Es imposible que 6 médicos y todo un servicio (como sé que evaluaron el caso) se equivoque, allí tengo grandes amigos, colegas que admiro y a los que les envío casos y sé de su altura ética y profesional.
Los médicos trabajamos con conocimientos imperfectos, con equipos que nunca dan una conclusión definitiva, con carencias de todo tipo (en este caso fueron muchas y vitales) y esos colegas NO SE EQUIVOCARON, no cometieron delito, no merecen ser juzgados y mucho menos condenados. Si alguien quiere discutir conmigo los pormenores de su actuación estoy dispuesto a discutirlo, con quien sea… y no soy cirujano.
Pido a la dirección provincial de salud, al capítulo y al grupo provincial de Cirugía, a la universidad y al MINSAP interceder por esta injusta condena, ellos son inocentes… no merecen pasar por este amargo momento.
Un saludo a todos…
Drc Esequiel Hernández Almeida.