América: Américo Vespucio
Los continentes de América del Norte y del Sur fueron bautizados por la versión latina del nombre del explorador y cartógrafo italiano Américo Vespucio, naturalizado castellano en 1505. Vespucio realizó varios viajes al Nuevo Mundo a finales del siglo XV y principios del siglo XVI y sus escritos sugirieron que la tierra descubierta por Cristóbal Colón era parte de un continente separado, un «Nuevo Mundo», y no Asia como se pensaba inicialmente. Cuando llegó el momento de crear un mapa mundi en 1507, el cartógrafo alemán Martin Waldseemüller etiquetó el Nuevo Mundo como «América» en honor a Vespucio, convirtiéndolo en el primer mapa en incluir su nombre.
Colombia: Cristóbal Colón
Christopher Columbus, Cristóbal Colón, el explorador italiano al que se le atribuye el descubrimiento de América mientras navegaba bajo la bandera española ha inspirado el nombre de diversos lugares; uno de ellos es Colombia, el país de América del Sur. Es curioso, porque a pesar de no haber puesto nunca un pie en el territorio de Colombia, los viajes de Colón abrieron la puerta a una extensa exploración europea y la eventual conquista de América del Sur por los españoles. Utilizar su antropónimo fue responsabilidad del revolucionario venezolano Francisco de Miranda para la federación de Nueva Granada, Ecuador y Venezuela durante las guerras de independencia latinoamericanas. Finalmente, cuando Nueva Granada obtuvo su independencia, adoptó el nombre de «República de Colombia», en honor a Colón. Colón también inspiró otras denominaciones como el Distrito de Columbia en EE. UU. y la Columbia Británica en Canadá.
Arabia Saudita: Casa de Saud
Seguimos con onomásticas geográficas, en este caso, una un tanto diferente. Arabia Saudita lleva el nombre no de un personaje concreto, sino de toda una familia real, la Casa de Saud. De hecho, la historia del bautismo de Arabia Saudita está entrelazada con la historia de la familia Saud, que ha sido una fuerza dominante en la Península Arábiga desde el siglo XVIII. El nombre «Saudi» se deriva del apellido «Saud», vinculando así la identidad del país directamente con su dinastía gobernante. En 1932, Abdulaziz Ibn Saud fue quien unificó las regiones de Nejd y Hejaz, fundando el primer Estado saudí. La influencia de la Casa de Saud sobre la región ha sido tan profunda que su apellido se ha convertido en sinónimo del propio país.
Filipinas: rey Felipe II de España
¿Por qué las islas Filipinas se llaman así? Todo viene porque el explorador español Ruy López de Villalobos, que dirigió una expedición a las islas en el siglo XVI, en 1543, puso nombre al archipiélago en homenaje al entonces príncipe heredero, futuro Felipe II. Es curioso que a pesar de enfrentar numerosos cambios coloniales y domésticos a lo largo de los siglos, el nombre ha perdurado a lo largo de la historia. Felipe II reinó de 1556 a 1598 y fue uno de los monarcas más poderosos de la historia de España. Su gobierno marcó el apogeo del poder y la influencia del Imperio español, con territorios que se extendían por Europa, América y el Pacífico. El hecho de que las islas Filipinas se nombraran honor al rey Felipe II no sino un testimonio del importante impacto de la colonización española en la zona.
Bolivia: Simón Bolívar
Bolivia, en el corazón de América del Sur, debe su nombre al militar y libertador venezolano que desempeñó un papel crucial en la lucha de la región por la independencia del dominio español, Simón Bolívar. En 1825, después de que la zona obtuviera su independencia, decidieron bautizarr a este nuevo país independiente como «Bolivia», en su honor.
Seychelles: Jean Moreau de Séchelles
El destino paradisíaco africano de las Seychelles obtuvieron su nombre de Jean Moreau de Séchelles, oficial de finanzas de Luis XV en Francia. Fue nombrado también miembro honorario de la Academia francesa de ciencias el 14 de julio de 1755, vicepresidente en 1756, y presidente en 1757. Las islas recibieron este nombre en 1756 cuando las fuerzas francesas las reclamaron, aunque curiosamente, el propio De Séchelles nunca visitó las islas.
Por destacar un último y curioso ejemplo, la actual Rumanía es un homenaje al Imperio romano, reflejando sus vínculos históricos y su legado. De hecho, fue la última provincia anexionada por el imperio en el cénit de su poder, durante la época del emperador Trajano quien dirigió una exitosa campaña contra Dacia, incorporándola al Imperio romano y renombrándola «Rumanía», que significa «tierra de los romanos«.