Por Mkc Cerralvo ()
Santa Clara.- Durante todos los años de su mandato, que además fueron muchos, Fidel Castro tuvo el tiempo de hacer las cosas, de repetirlas, de rehacerlas, de mejorarlas, de rectificar, de volver a probar, de experimentar, de equivocarse, de aprender de sus errores, de mejorarlo todo, etc.
Además, hizo lo que quiso, lo que creyó, sin ningún tipo de oposición, y con todo el poder que tenía sobre todos los sectores del país, algo que normalmente ningún mandatario en el mundo tiene: este poder TOTAL, esta facilidad y este tiempo casi ETERNO. Así que tuvo ese privilegio y si logró cosas positivas hay que atribuírselas todas, pero entonces también hay que atribuirle todas las negativas.
Creo que dejó un claro legado en lo político, en lo económico y en lo social. Y, ojo, que hay muchas cosas positivas que no tiene que ver nada con su presencia ni con los logros de la revolución, hay muchas cosas que pasaron para bien por el simple desarrollo de la Humanidad.
Logros sociales, como la igualdad de la mujer, los derechos humanos, la aspiración a la democracia, los derechos de los niños, la educación pública, la salud pública, eliminar las exclusiones, entre otros que practican muchos países en el mundo sin haber tenido un «líder histórico», ni una revolución.
Además de los enormes logros de la Humanidad, en tantos años, en todos los avances tecnológicos que facilitan aun más la vida de todas las personas del mundo, por ejemplo, la telefonía móvil y el internet ocurrieron por el desarrollo científico de la Humanidad, y por eso lo tenemos, independientemente del «líder» y de la Revolución. De hecho, el «líder» la demoró todo lo que pudo y fuimos uno de los últimos países en que los habitantes tuvieran acceso al Internet.
Salvo de estos avances y logros por el desarrollo normal de la Humanidad en lo Económico y en lo Social, que han ocurrido en muchos países, hay que entrar a analizar el real legado del «líder», las cosas positivas y negativas, lo que tenemos gracias a él, y todo lo que no tenemos, también gracias a él… ver en el lugar en que nos encontrábamos en el mundo antes de su mandato y en el lugar que nos encontramos ahora, y entonces sumar, restar y sacar cuentas.
Importante, la vida no es como la matemática y el noticiero, donde menos y menos da más. No, en la vida, menos y menos da menos, o menos al cuadrado.
Así que saque sus conclusiones, sume, reste y calcule su legado y vea cómo estamos hoy: si le da positivo, dele un aplauso y grítelo. Pero si le da negativo, no lo diga muy alto, que si lo grita quizás no sea bien visto y eso también es parte de su legado.
Pero de que el «líder» dejó un legado no tengo ninguna duda