Por José Walter Mondelo
La Habana.- Se cumplen hoy 167 años del nacimiento de Louis D. Brandeis, célebre abogado y juez norteamericano. Graduado de Derecho en Harvard a la edad de veinte años con el más alto promedio de calificaciones en la historia de la universidad. Fue conocido como el «Tribuno del pueblo».
Él insistía en llevar algunos casos sin cobrar honorarios a fin de tener una libertad más amplia para abordar las cuestiones implicadas.
La revista The Economist le llamó «Un Robin Hood de la ley». En 1916, el Presidente Woodrow Wilson nominó a Brandeis para llegar a ser en miembro de la Corte Suprema de los EE. UU. Sin embargo, su nombramiento fue impugnada de forma implacable, en parte porque, como el juez William O. Douglas escribió, «Brandeis era un cruzado militante por la justicia social sin importar quien fuera su oponente. Era peligroso, no sólo por su brillantez, su aritmética, su valor. Era peligroso porque era incorruptible… [y] los temores del establishment eran mayores debido a Brandeis fue el primer judío a ser nombrado para la Corte Suprema.»
Ejerció su cargo durante 23 años, y se retiró a los 82, como uno de los más influyentes magistrados en la historia de la Corte Suprema y del Common Law en general.
Entre sus aportaciones al derecho universal se encuentra el haber desarrollado el concepto de “derecho a la privacidad”. En 1890, escribió uno de los artículos más famosos de la Universidad de Harvard, en el que argumentaba que el derecho a la privacidad era importante: “… para proteger a los estadounidenses en sus creencias, sus pensamientos, sus emociones y sus sensaciones”. El texto cobró tal reelevancia, que el jurista Roscoe Pound dijo que había logrado “nada menos que la adición de un capítulo a nuestro Derecho”.
Durante su período en la Corte Suprema, sus opiniones fueron catalogadas como las más grandes defensas de la libertad de expresión y el derecho a la intimidad, según los estudiosos de la disciplina.
Aquí algunas de sus frases:
– «No hay atajos en la evolución.»
– «Quienes ganaron nuestra independencia… valoraron la libertad como un fin y como un medio. Ellos creían que la libertad es el secreto de la felicidad y el coraje es el secreto de la libertad.»
– «El solo miedo a las lesiones no puede justificar la opresión de la libertad de expresión y de reunirse. Los hombres le temían a las brujas y quemaron mujeres. Es la función del discurso para liberar a los hombres de la esclavitud de miedos irracionales.»
– «Podemos tener democracia en este país, o podemos tener gran riqueza concentrada en manos de unos pocos, pero no podemos tener ambas.»
– «Nuestro gobierno… enseña a todo el pueblo por su ejemplo. Si el gobierno se convierte en el transgresor de la ley, engendra desprecio por la ley; invita a todo hombre a convertirse en la ley para sí mismo; invita a la anarquía.»
– «La mayoría de las cosas que merecían la pena hacer en el mundo fueron declaradas imposibles antes de que alguien las realizara.»
– «El cargo político más importante es el de ciudadano particular.»
– «Si deseamos respeto a la ley, debemos primero hacer la ley respetable.»
– «En el fundamento de nuestra libertad civil se encuentra el principio que niega a los funcionarios públicos una posición excepcional ante la ley y que los sujeta a las mismas reglas de conducta que son mandatos para el ciudadano.»
– «En la expresión franca de opiniones contradictorias reside la mayor promesa de sabiduría en la acción gubernamental; y en su represión reside normalmente el mayor peligro.»
– «Tanto la decencia como la seguridad y la libertad exigen que los funcionarios del gobierno estén sujetos a las mismas reglas de conducta que son mandatos para el ciudadano. En un gobierno de leyes, la existencia del gobierno estará en peligro si no observa escrupulosamente la ley. Nuestro gobierno es el maestro poderoso y omnipresente. Para bien o para mal, enseña a todo el pueblo con su ejemplo. El crimen es contagioso. Si el gobierno se convierte en infractor de la ley, genera desprecio por la ley; invita a cada hombre a convertirse en ley para sí mismo; invita a la anarquía. Declarar que en la administración de la ley penal el fin justifica los medios -declarar que el gobierno puede cometer delitos para asegurar la condena de un criminal privado- traería una retribución terrible. Contra esa perniciosa doctrina este tribunal debe oponerse resueltamente.»
-«La regla general de la ley es que la más noble de las producciones humanas (conocimiento, verdades averiguadas, concepciones e ideas) se vuelven, después de la comunicación voluntaria a otros, libres como el aire para el uso común.»