Por Oscar Durán
La Habana.- Acaban de botar al Primer Secretario del Partido en Guantánamo y pusieron a un médico a controlar una de las provincias más echa talco de Cuba. A Rafael Pérez Fernández, el antiguo Secretario, le entregaron un reconocimiento bien grande y, desde hoy, nadie se va recordar de su tristemente célebre paso al mando de la más oriental de las provincias cubanas.
El más afectado en todo este quita y pon fue Roberto Morales Ojeda, miembro del Buró Político, a quien le jodieron un fin de semana placentero en la capital con su familia y lo hicieron trasladarse miles de kilómetros para quitar a un barrigón y poner a otro.
Estas cosas se pueden hacer por video conferencia y en 20 minutos queda listo el saca y mete. Posiblemente con el gasto en combustible de traslado de Morales Ojeda a Guantánamo, se pudieron mantener los tanques llenos de, al menos, tres ambulancia de Yateras. Aunque, vamos a estar aquí y no en la luna: ¿Yateras tendrá ambulancia? De todas maneras, ustedes me entendieron.
Por si no lo sabían, el nuevo mandamás del territorio guantanamero se llama Yoel Pérez García. Desde ya le puedo ir diciendo a Pérez García que, cuando se lo echen, lo mandarán a trabajar en un policlínico de Caimanera a atender el núcleo del Partido. Si a Carlos Lage, una torre bien alta, lo desaparecieron por completo; me imagino que a este hasta Oficoda lo deje sin libreta de abastecimiento.
Ustedes se preguntarán, ¿por qué tumbaron a Pérez Fernández? Estos tipos de movimientos quedan en modo especulación porque la dictadura es muy intrigosa al respecto. No obstante, hay antecedentes de un mal trabajo por parte de Rafael Pérez, al no poder controlar las protestas en Caimanera y en Maisí, esta última hace menos de un mes.
Que nadie piense que el descontento de un pueblo se va a desparecer por quitar del cargo a un tipo y poner a otro. Todo seguirá igual o peor. Esta jugarreta de la dictadura es absurda, pero ellos siempre se han sentido “bien” y “tranquilos” removiendo cargos. Por ejemplo, ¿el país tiene problemas con el déficit energético? Vamos a darle plan pijama al ministro y ya veremos después. Siempre ha sido así.
Por el momento, la tierra de Félix Savón tiene un nuevo Jefe. El pobre. A sus 48 años le van a salir más arrugas que Machado Ventura. Ni su paso por la Juventud Nacional, ni la experiencia como dirigente en Villa Clara, ni su desempeño como Vicejefe del Comité Central, ni sus estudios en la “Ñico López”, ni las retretas de diplomas y reconocimientos que debe tener, van a evitar el hundimiento, aún más, de una provincia que no la salva ni el médico chino.