Esteban Fernández Roig Jr. ()
La Habana.- ¿Será porque perdimos la patria? ¿Será porque vinimos a un país donde abunda todo? No sé. La cuestión es que estamos llenos de recuerdos de nuestras vidas en Cuba, desde que nacimos, y no es Alzheimer, es nostalgia.
¿Puede algún exiliado recordar un sándwich que se comió en “La Carreta”, en Miami, en el año 1985? ¿Pudiera brindar con lujos de detalles ese día, recordar al mesero, y si lo bajó con un Ironbeer, una Materva o una Malta Hatuey? No lo creo.
Sin embargo, jamás he borrado de mi mente un viaje a La Habana y mi padre me llevó a deglutir un delicioso sándwich en una cafetería llamada Los Parado en 1956.
Pregúntele a su nieto: “Joséíto ¿Te acuerdas de aquel juego de “Nintendo” que te trajo Santa Claus en el año 2017?” Ni se acuerda o no sabe dónde está.
Y nosotros recordamos, casi como si fueran “sagradas” las visitas de los Reyes Magos y jamás olvidamos los patines, carriolas, revólveres de fulminantes, guantes, pelotas, bates y hasta una careta de cátcher que recibió mi vecinito Noé Llanes Vivó al frente del Edificio Ángulo…
¿Qué muchacho puede dar con lujos de detalles su cumpleaños de hace siete años? Mientras tanto, una tarde en un picnic del Círculo Güinero, “Pepa” Carabeo me preguntó: “¿Te acuerdas el día que cumpliste 10 años lo mucho que jugaste con mi hijo (en la foto) Jorge Ortega?” Y le dije: “Sí, mi prima, lo recuerdo como si hubiera sido ayer.
¿Actualmente que joven de 20 años habla, piensa y recuerda su primer día en el kindergarten, la primera película que vio, su primer programa de televisión, ni el nombre de su maestra de segundo grado?
Y nosotros tenemos presentes el primer cocuyo, las primeras mariposas en un solar yermo, un viaje a Santa María Del Mar, una visita a Luyanó, y un helado de mantecado en Santiago de Las Vegas, hace 65 años, tres meses y dos días.
Yo puedo estar una hora hablándoles sobre una Nochebuena en 1956 en la casa de mi tía Angélica Gómez en la calle Cuatro Palmas, y todo lo que comí mientras mi primo Justico Quintero Gómez tocaba su guitarra.
Vaya y pregúntele a un muchacho sobre su cena navideña en el 2017. A ver qué dice.