LA CARTA DEL BOSQUE

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José Walter Mondelo García ()
La Habana.- Hace 806 años, el rey Enrique III, hijo del rey Juan sin tierra, firmó la Carta del Bosque, el estatuto legal que ha permanecido más tiempo en vigor en Inglaterra (más de siete siglos y medio), siendo finalmente reemplazado en 1971. Su influencia fue inmensa durante siglos, al proporcionar un grado de protección económica para los hombres libres que usaban el bosque para buscar comida, madera y pasto para sus animales. Devolvió al hombre común derechos, privilegios y protecciones reales contra los abusos de una nobleza invasora. Durante siglos fue considerada como un hito en la historia constitucional inglesa.
El gran jurista del siglo XVII Sir Edward Coke se refirió a ella, junto con la Carta Magna, como las Cartas de las Libertades de Inglaterra.
Sir William Blackstone afirmó en el siglo XVIII: «No hay ninguna transacción en la parte antigua de nuestra historia inglesa más interesante e importante, que (…) las cartas de las libertades, enfáticamente reseñadas por la Carta Magna y la Carta del Bosque».
Según el economista, politólogo y profesor británico Guy Standing, la Carta del Bosque «no se refería a los derechos de los pobres, sino a los derechos de los libres. Por su tiempo y lugar, fue una afirmación radical de la universalidad de la libertad, su comunidad».
Como afirmó recientemente el propio Standing en su libro El saqueo de los bienes comunes: «Estamos perdiendo los comunes. La austeridad y las políticas neoliberales han agotado nuestra riqueza compartida; nuestros servicios públicos nacionales se han vendido a conglomerados extranjeros, la vivienda social es casi inexistente, nuestros parques están acordonados para eventos privados y nuestras galerías de arte nacionales están patrocinadas por bancos y compañías petroleras. Este saqueo nos priva a todos de nuestros derechos comunes, reconocidos desde la Carta Magna y la Carta del Bosque de 1217, a compartir justa y equitativamente nuestra riqueza pública».
Más de ocho siglos después, la lucha
contra el saqueo, la expropiación y la depredación de los bienes comunes ya no del pueblo inglés, sino de toda la humanidad, por la codicia y el egoísmo de las elites, es tan urgente e irrenunciable como entonces.
Como afirma Peter Linebaugh, eminente historiador norteamericano: «El mensaje de la Carta Magna y de la Carta del Bosque y el mensaje de este libro [El manifiesto de la Carta Magna] es sencillo: los derechos políticos y legales solo pueden existir sobre una base económica. Para ser ciudadanos libres tendremos también que ser productores y consumidores en igualdad de condiciones.»

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