Jorge Menéndez
Cabrils, España.- Dice Manuel Sobrino, Ministro de la Industria Alimentaria, que Cuba tiene más de 800 empresas en condiciones de ofertar una variada e inocua producción alimenticia. La industria, según él, tiene un plan de acción hasta el 2030. Hasta aquí, todo perfecto. Después, como no podía ser de otra manera, apareció el señor bloqueo. ¡Qué tipo más pesado, siempre aparece! No permite producir a esa brillante industria, pues las materias primas se importan.
Según el ministro, Cuba tiene capacidad para moler 1 500 toneladas de trigo cada día, cuando el país necesita la mitad diariamente. ¿El problema? No hay trigo. La producción de huevos ha caído la mitad porque no hay maíz para darles a las gallinas. El azúcar, por su parte, ha disminuido. De 100 centrales , solo molerán 25.
La isla puede producir 60 mil galones de helado y no sé cuánto de yogurt. La industria cárnica produce 18 mil unidades vacunas para su sacrificio y 16 mil de cerdo. Sin embrago, todo brilla por su ausencia.
Podríamos seguir enumerando la gran industria alimenticia de nuestra tierra, pero todos sabemos que no produce nada de nada. Vayamos al meollo. ¿Por qué no hay siembra de trigo? ¿Por qué no hay maíz, aunque sea para los pollos? ¿ Por qué no hay caña de azúcar? ¿Por qué no hay helados?
Todas esas industrias pudieran producir sin problemas si fomentaran una agricultura sostenible y vinculada a todas y cada una de las entidades pertinentes. El gobierno, lejos de financiar estas empresas, financia la construcción de hoteles por doquier y para eso no falta dinero. La dictadura, además, da prioridad a todos los proyectos del Mariel que no repercuten en el bienestar del pueblo.
Su modelo de importarlo todo, desde materias primas hasta productos acabados ,paraliza la industria nacional. Todo, absolutamente todo, se importa y las tres tonterías que se producen, se exportan.
La agricultura está completamente bloqueada por leyes y lo único que hacen es prohibir y prohibir. El Estado está endeudado hasta el tuétano con los campesinos, a pesar de comprarles a precios irrisorios.
Me gustaría, también, preguntarle al ministro con qué luz trabajan esas 800 industrias que menciona, con déficit de hasta 750 MW diarios.
Tampoco dice nada de la falta de especialistas, pues los mejores ingenieros ya se fueron de Cuba. Los sueldos míseros hacen que nadie desee trabajar. Esos son los verdaderos problemas de la industria nacional y que el gobierno no quiere solucionar. Prefieren abordar en el Parlamento una ley de soberanía alimentaria, antes de echar a andar la agricultura y la industria. Incluso, fundaron un ente de control de la seguridad alimentaria, cuando ni pan hay.
Todo es un despropósito y la culpa la tiene el bloqueo. Lo que no acabo de entender cómo un país bloqueado celebre cenas blancas para promocionar el turismo y construya hoteles cinco estrellas. El bloqueo aparece y desaparece cuando a ellos le conviene.
Señores, ni refresco deja producir el bloqueo. Se argumenta que Cuba no tiene financiación. Este servidor, que ha tratado y mucho con proveedores brasileños, está en condiciones de afirmar que Cuba le debe a proveedores de pollo, cerdo y vacuno de Brasil más de 60 millones de dólares. Pero se les cerró el dominó, hasta que no paguen, se les cerró el grifo. Lo mismo ha sucedido con proveedores de Centroamérica. Todo se compra en Estados Unidos , pues allí Cuba compra 100 % adelantando el pago.
Entonces, Sobrino, ¿de quién es la culpa? Lo más rimbombante y descarado de todo esto es que dice el ministro que Cuba jamás apostará a un modelo neoliberal que deje a la gente desamparada. Entonces, si las tiendas en MLC no son neoliberales, ¿las llamamos socialistas? Cobran en la moneda del país más capitalista del mundo, con niveles de precios prohibitivos y no se puede llamar neoliberal.
La Mesa Redonda se parece al programa de Tía Tata cuenta cuentos. Cada semana un ministro con su cuento.