Por Ulises Toirac
La Habana.- Un muy buen amigo, Miguel Grillo Morales acaba de publicar esta foto. Recién acaba de ver este artefacto en el Downtown de Miami. Resulta ser un tareco absolutamente robotizao y armao de GPS, que utilizan los restaurantes para hacer entregas de comida a domicilio. Incluye app y confirmación en dos pasos. ¡Una lindura! 𝘓𝘢 𝘵𝘦́𝘳𝘯𝘪𝘤𝘢 𝘦𝘴 𝘭𝘢 𝘵𝘦́𝘳𝘯𝘪𝘤𝘢 𝘺 𝘴𝘪𝘯 𝘵𝘦́𝘳𝘯𝘪𝘤𝘢 𝘯𝘰 𝘩𝘢𝘺 𝘵𝘦́𝘳𝘯𝘪𝘤𝘢.
Lógico: inmediatamente, con este retorcido cerebro, lo imaginé en la Habana.
Debo apuntar, en primer lugar, que exigiría orugas en vez de ruedas y que las que la muevan sean absolutamente independientes, para que absorban las irregularidades del terreno (eso que llamamos «los perros baches’).
También requerirá cumplimentar las más estrictas normas de funcionamiento bajo agua (incluso albañales) y navegación en caso de caer en alguna de las piscinas habilitadas en nuestras calles para esparcimiento de grandes y pequeños. Máximo grado militar para soportar golpes, caídas, polvo, inmersiones…
Igual sugeriría un sistema antiasaltos. Cuatro anclas perforadoras pa empezar. En caso de peligro… ¡Zas! Dispara las anclas contra el piso y se fija para no ser conducida en contra de las orientaciones de su GPS. Para casos extremos debe disponer de dos ametralladoras… O cuando menos dos tiradores de peos resultados del procesamiento de las aguas albañales (y de paso se hace ecosustentable).
Para el final creo debe ser dotado de una especie de makiwara para que los clientes insatisfechos puedan patearle el tulo. No creo que haya la suficiente profesionalidad en La Habana como para cumplir exactamente con los pedidos que se le ponen a una máquina tan inteligente y autónoma.
En resumen… Lo veo demasiado improbable. Hay que empezar por los caminos… Y lo que lleva dentro. Después se verá.