Irán Capote ()
Pinar del Río.- ZULEIDY: Nene, ese chino de dónde es?
YO: De China.
ZULEYDI. ¿Chino- chino?
- No le digas chino, dile Clive. Lo llamas por su nombre
ZULEIDY: Y va a comer aquí?
YO: Ajá.
ZULEIDY: Con palitos .
- Qué va. Con tenedor porque yo no tengo palitos.
ZULEIDY: Y qué le vas a dar?
YO: Picadillo.
ZULEIDY: Nene!!! Qué impresión se va a llevar el compañero chino de China sobre este país??? Nene, tú eres un artista, tú no puedes estar comiendo picadillo.
YO: Yo le brindo lo que tengo. Además, le digo que esa es la comida típica cubana. Y se lo jama.
ZULEIDY: No, Nene, no. Déjame echarte un cabo con eso. Ese chino tiene que saber que somos un país hermano muy creativo. En la casa tengo un pedazo de queso y par de huevos. Le hacemos una tortilla con queso. Yo soy una maestra haciendo tortilla. Y como el arroz que tengo cocina «empegosta´o», no vamos a pasar trabajo haciendo las bolas.
YO: Zule, los chinos no están comiendo bolas como nosotros. Esa gente son muy desarrollados y tienen una economía que pa´ qué te cuento. Imagínate que no mezclan la política con la economía.
ZULEIDY: Ay, qué disparate, Neneeeee! Están perdidos en el medio del llano…. Atiéndeme. Hay que hacerle una comida creativa, Nene. Una cosa para que nunca olvide el calor y la hospitalidad que tenemos los cubanos. Voy a la casa y vengo con todo.
Un rato más tarde, apareció en la sala otra vez. Justo cuando yo estaba explicándole a Clive lo que hacíamos con las materias primas. Vamos, aquello de aplastar latas y cambiarlas por unos centavos. Y Clive se reía de mi supuesto mal chiste.
Bueno, Zuleidy regresó vestida con un intento de batón chino, una bandeja con la tortilla y unos palitos de pelo como utensilios. Estaba comiquísima, porque se había puesto en sendas presillas de pelo una bandera china y otra cubana.
Entró hablando algo en chino que seguramente estudió mientras hacía la tortilla.
Clive la miraba y no sabía si reírse o asustarse. Ella, con una reverencia, puso la bandeja frente y Clive
ZULEIDY: Lo que no mata, «engolda». «Espelo que te guste esta leceta de la lesistencia cleativa.»
Nos reímos y comimos cada uno pedazo de tortilla. «Toltilla», como diría la Zule.
ZULEIDY: ¿Te gustó la comida, mi «chini»?
CLIVE. ¡Liquísima!
ZULEIDY: Estoy fugá del pelotón, Nene.
CLIVE: Pelmiso. Tengo que il baño… Me cayó mal la toltilla.
ZULEIDY: Ay, viejooo. Con el sacrificio que me quité yo ese pedazo de queso!!
CLIVE: ¿Queso? ¿Quesooo? Yo quelel baño. ¡Soy alélgico a la lechelía!
Y corrió Clive a enfrentarse a un baño que solo descarga con un cubo de agua.
Zuleidy lo miró y con picardía dejó escapar:
ZULEIDY: Ay, Nene. Estos chinos de China serán muy desarrollados. Pero no resisten na. Tú sabes lo que es, ser alérgico a la «lechería». Les falta resistencia creativa, Nene. Les falta calle.