La Habana.- Este caballero andante protagonizó la novela de caballería más famosa e importante de la lengua castellana y sirvió de inspiración para Don Quijote de la Mancha.
Pocas serán las buenas gentes que, en esta nuestra España, no hayan oído hablar del valiente caballero y gran señor Amadís de Gaula, recto entre los nobles señores que portan espada y hacen del servicio de las armas y la defensa de la justicia su oficio de por vida. Igual sería, pues, preguntar a un griego por el gran Aquiles, capitán de los mirmidones; o a un celta de la isla esmeralda por Cú Chulainn, guardián del Úlster. Son todos estos poderosos héroes personajes que forman parte del ideario de las naciones tanto como de su propia alma.
El caso de Amadís de Gaula es digno de mención debido al peso e influencia que tuvo la obra en el panorama castellano. Sus hazañas representan el ejemplo más completo, popular y difundido de novela de caballería en lengua castellana durante la Baja Edad Media. Y es que, si bien se cree que los primeros textos en los que se habla de este noble defensor del bien datan de finales del siglo XIII o principios del XIV, las versiones más conocidas proceden del siglo XV y conservan su encanto y atractivo hasta nuestros días. Originalmente, la historia de Amadís de Gaula estaba escrita en tres libros pero, en 1508, Garci Rodríguez de Montalvo publicó una versión reeditada del texto con una cuarta parte nueva y un final distinto que buscaba adaptarse a las preferencias y el estilo de esos tiempos para que el legado del buen caballero siguiera vivo.
Precisamente fue el texto de Rodríguez de Montalvo, regidor de Medina del Campo, el que logró acumular un éxito mayor no solo en la península Ibérica sino en toda Europa. El continente quedó fascinado con la historia de Amadís de Gaula, hijo bastardo del rey Perión de Gaula y de la princesa Elisena de Bretaña que recorre las islas británicas desfaciendo entuertos y brindando la fuerza de su brazo a la hermosa Orianna, su amada. En su viaje contará con la ayuda de la hechicera Urganda la Desconocida y de su hermano, el también caballero errante Galaor, para hacer frente al mago Arcaláus o al monstruo Endriago. Las historias de Amadís de Gaula incluyen romances e intrigas palaciegas, eventos mágicos, duelos de caballeros, luchas imposibles contra criaturas fantásticas y gestas bélicas sin comparación.
Como ya se ha dicho, Rodríguez de Montalvo cambió el final, ya que en la versión original Amadís de Gaula mataba a su suegro y a su hermano en combate y acababa muriendo a manos de su propio hijo. El regidor vallisoletano prefirió ofrecer una conclusión más pacífica, ahorrándose los combates del epílogo y llevando a Amadís a hacer las paces con Lisuarte, padre de Orianna. El autor continuó la historia en las Sergas de Espaldián, que tienen como protagonista al hijo de Amadís de Gaula.
Ya en su momento, la historia del caballero bretón que conquistó los corazones de los lectores españoles fue muy aplaudida y figuras destacadas como el escritor Juan de Valdés lo alabaron (así se puede leer en Diario de la lengua). Pero la leyenda de Amadís va mucho más allá: no solo ha perdurado como una de las mejores novelas de caballería del Viejo Continente y ocupa un lugar especial en la literatura española, sino que además fue una clara influencia para que Miguel de Cervantes escribiera la historia de su genial Don Quijote de la Mancha. Con todo, esta obra no goza de la fama que merece en la actualidad, por lo que dar a conocer y fomentar su lectura se antoja una tarea necesaria desde los centros educativos y foros culturales que procuran valorar y difundir la literatura española.