Por Anette Espinosa
La Habana.- En Cuba ocurren cosdas que son normales. De esas que uno no entiende por más que se lo intente. Lo que le sucedió al doctor Leodanys Cardoso en el hospital de Contramaestre, es mejor que lo lean de su puño y letra. Por eso se lo dejo acá.
«El miércoles perdí la conciencia por mas de 18 horas. Fui ingresado en la sala de observaciones del hospital de Contramaestre. Me diagnosticaron una intoxicación medicamentosa. Cuando reaccioné, al intentar levantarme, me amarraron y el médico que me evaluó le dijo a mi esposa que él me conocía y que yo era esquizofrénico por lo que ordenó administrarme dos ampulas de Haloperidol.
«Quedé sedado nuevamente por más de 10 horas. Sepa usted, amigo, que no consumo fármacos, y no soy esquizofrénico. Sepa también que en todo ese tiempo, sólo una estudiante de medicina chequeó mis signos vitales, según mi esposa; mis hermanos me sacaron del hospital aún inconsciente y a nadie le preocupó.
«Sepa también que el Haloperidol está contraindicado en pacientes con estado neurológico agudo como (es la) pérdida de conciencia. Sepa también que soy médico, que me gradúe en ese mismo hospital. En fin… esto no tiene nombre.
«Hoy me traslado a otra provincia donde me estudiaré, producto a que perdí la conciencia. Hoy con trastorno en el lenguaje y múltiples síntomas, aún no sé qué tengo. Me personé en el hospital a realizar una queja por el maltrato del que fui víctima y, mire, no vale la pena hablar de la respuesta que tuve.
«Lástima que esto haya sido así en ese hospital que me forjó y del que guardo los mejores recuerdos de su profesionales, de todos mis profesores y compañeros, pero hoy no lo reconocí, esto no tiene nombre.»