Por Gretell Lobell ()
La Habana.- Muchas gente espera de mi que escriba desde una postura activa, radical, cosas que pasan en mi isla. Normalmente cuento mis historias de vida. Lo que veo, como lo siento como me alegra o afecta.
Los que me conocen saben como pienso. Los que no me conocen tienen una cierta idea de lo que sostiene y distingue a esta mujer.
Muchas veces la percepción llega a ser errónea, por eso me han colgado más de una vez la etiqueta de mujer fácil o vulgar. Si algo llevo y defiendo con una voluntad de hierro es la actitud y fortaleza en palabra y acción para deconstruir estereotipos, para elegir entre el todo, a las diferencias.
Creo en las acciones, en un activismo social comprometido ante el principio fundamental que debería practicar un ser humano: el respeto y empatía por otro ser humano.
Por eso no me verán realizar un post político, ni siquiera asumir una postura a favor o en contra de uno u otro extremo, para mí son la misma cosa, la misma escuela en vena, con el mismo gusto por el poder. Me preocupan, dañan o entristecen otras cosas.
Lo político está. Siempre ha estado. El caos de esta isla se encuentra sustancialmente metido en el ADN del cubano. Aspiramos a una sociedad justa o al menos esa es la idea que al parecer defiende la comunidad de amigos cercanos que he elegido en la vida, y están en esta red.
He visto mucha gente querida destrozarse por posturas en relación a este archipiélago y sus gobernantes y muy pocas destrozarse por cosas que afectan a minorías. Sufro el escrutinio por el privilegio, yo que desde los 14 años me bequé y nunca más viví en mi casa materna. Elegí alejarme del oropel y apostar por el arrabal.
Mi muro nunca será sitio para ese campo de batalla. No es letargo, no es abulia, es mi manera de ver la vida. La singular manera de elegir mis guerras y batallas. Mis afectos saben cuánta tristeza, lágrimas, depresión, rostro arrugado y canas me está sacando esta tierra.
Tengo amigos con niños discapacitados, también autistas*. Saben de mi admiración, compromiso y la ternura más profunda que siento por ellos. Mis días de bibliotecaria pública me acercaron a personas y sus diferencias. Tuve el sueño de un sitio sin divisiones departamentales o salas especializadas cuando pude decidir y trabaje mucho por él. Un sitio común que con el uso de la tecnología y el diseño espacial del lugar pudieran convivir todos los individuos con sus diferencias. Aún lo tengo y coqueteo en estudio e investigación.
Mi cabeza y mi corazón funcionan así. Mi ideología, mi religión, mi fe de vida van de aprender, aceptar, respetar, vivir en las diferencias. De esto van mis post. Este es el micronicho que elijo, el espíritu que ronda mi muro de esta red social, el activismo que defiendo por un mundo, una sociedad inclusiva y plural.
Esa es la batalla que libro. Esa es la voz que yo alzó. Una sociedad donde quepamos todos, que se ocupe de todos, que diseñe su sistema de leyes y estructuras en función de todos, que no segregue, segmente. Una sociedad también donde cada hombre y mujer respete, tolere, acepte y viva en las diferencias, como única forma de convivencia.
*El autismo es una afección relacionada con el desarrollo del cerebro que afecta la manera en la que una persona percibe y socializa con otras personas.