Por Irán Capote ()
Pinar del Río.- En el Jíbaro sí que se pierde el tete con la corriente. Uno se acuesta en la noche con apagón, se despierta en la mañana con apagón. Y en apagón pasan los días enteros. No, no hay tete, se perdió.
Me ven bajar del carro de caballos y entre besos, abrazos, y frases de tipo : «no te me pegues, mijo, que soy un charco de sudor» , «Ay, niño, esto no hay quien lo viva», «¿niño, qué cosa es esto?» , «¿Allá es igual que aquí, niño ?» «¿Les quitan mucho la corriente allá?»… Esos son los saludos de ahora en aquel pedazo de mundo. Esa es mi bienvenida, en estampida, quejas y anécdotas de mi familia y de los vecinos que también son como familia. Sé por qué lo hacen, lo reconozco en el tono de cada uno. Saben que puedo escribir par de post, aunque sea para hacer pública su situación. «No dan ganas de mandar a los niños a la escuela después de la noche en apagón. Y no los mandamos. A veces el pan no viene a la bodega. La leche, cuando viene, es ineficiente…»
Todos están muy cansados. Y son los brazos que aran la tierra del mejor tabaco del mundo. Son los brazos que se supone, sostienen el principal renglón de la supuesta economía. Y sin embargo, son los brazos más maltratados.
Camino adentro, entre casa y casa del barrio donde nací, me hago una y otra vez la pregunta… ¿Por qué? Es cierto que los apagones pueden durar más de 10 horas ininterrumpidamente. Y toda esta comarca tiene que inventar «qué» y «en qué» cocinar.
Mucho silencio, mucho. Y triste, además. Yo estoy solo de paso y cargo hasta la ciudad el silencio de los míos. Y la pregunta vuelve repetidas veces…. ¿Por qué duran tanto los apagones en estos sitios? No hay empresas, no hay bancos, no hay tiendas, apenas hay una escuelita rural, no hay fábricas, no hay hoteles…
La distancia entre una casa y otra es, en muchos casos, de unos 100 o 200 metros. Y en sus casas, por mayoría, apenas tienen equipos electrodomésticos. No hay aires acondicionados, no hay calentadores de agua, no hay, no hay, no hay… Entonces… ¿POR QUÉ? ¿Por qué pagan ellos con más apagones?…
Quizás la respuesta esté en el sonido sordo de sus calderos. Cuando mis abuelos se despiertan en la madrugada, en pleno apagón, para enfrentar un duro día de trabajo. Y a oscuras, se caen los calderos en la cocina… El ruido no llega ni al camino real.