Oscar Durán
La Habana.- Mientras Nicolás Maduro esté vivo, Jesucristo no vendrá a salvar la humanidad. Le da vergüenza llegar a la tierra y tener que darle par de bofetadas al presidente venezolano. Y digo bofetadas porque Jesús no puede curar la estupidez. ¿Qué hizo el hijo de María para que Maduro se ensañara con él y de esa forma tan cruda?
“Hay que meterse escuela por escuela, niños por niños, liceo por liceo, comunidad por comunidad. Meternos allí, multiplicarnos, así como Cristo multiplicó los penes”. Fíjense que usó las palabras “niños”, “meterse” y “pene”. De esta joyita aún no nos hemos recuperado. Muchos católicos sufrieron derrames cerebrales y el Papa Francisco estuvo encerrado 15 días orando por su propia salud.
Señores, este hombre es un presidente de un país. No estamos hablando de Chocolate MC o de Jorge Junior. La barrera de la tontería, la derribó hace rato. Poco a poco los grandes disparateros del mundo se han quedado sin pincha, excepto Daniel Ortega y Miguel Díaz-Canel. Esas dos criaturas van a la par del sucesor de Hugo Chávez.
Y fíjense si la tiene cogida con Cristo que hace unas horas volvió a la carga. Yo vi el video varias veces y empecé a llorar de la risa y de la tristeza. Ambas. Perdóname, Jesús, pero esto es demasiado.
“…¿Dónde nació nuestro señor Jesucristo? En Belén. Cuando él nació, era Palestina, hace miles de años. Nació en un hogar Judío y luego se rebeló contra la dominación del imperio romano. Jesucristo fue el primer antimperialista que se conozca de la historia moderna…Jesús fue un niño Palestino… y cuando fue crucificado por el imperio español…murió como un hombre palestino”, dijo el mandatario venezolano.
¿Por dónde empezamos? ¿Qué hacemos con este hombre? Si este tipo gobierna un país, pues Dorángel Vargas está listo para entrar a Miraflores con traje y corbata. Es mucho con demasiado y no podemos reírnos. La humanidad invirtió sus valores y los gobernantes están al margen de toda lógica.
Por favor, Diosdado Cabello, fúmate un porrito y en el nombre poderoso de Jesús ve e increpa a tu jefe. Dile que en aquellos tiempos no existía Palestina. Jesús no se rebeló contra nadie, era un hombre de paz y el imperio español no existía. Dile, Diosdado, en buena forma. No lo llames atrevido, porque en el mundo no hay cosa más atrevida que la ignorancia.
Sálvanos, Jesucristo, pero antes de eso, saca a ese imbécil de Miraflores y ponlo a manejar la ruta Alberro-Parque de la Fraternidad. Los venezolanos te lo agradecerán.
