LA ONU DA ASCO: CUBA EN LA COMISIÓN DE DERECHOS HUMANOS OTRA VEZ

SUGERENCIAS DEL REDACTOR JEFELA ONU DA ASCO: CUBA EN LA COMISIÓN DE DERECHOS HUMANOS OTRA VEZ

Por Jorge Sotero
La Habana.- La política, los cabildeos, la propaganda y la mentira surten efecto muchas veces, tal como acaba de demostrarse en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, que eligió por sexta vez a Cuba para formar parte de la misma.
Es increíble ver cómo los representantes de esas naciones que votan en la referida comisión apoyan a Cuba, le dan su respaldo, haciendo caso omiso a la situación de los cubanos, a las persecuciones políticas, al daño que el gobierno de La Habana ha causado a una nación por más de 60 años.
El gobierno cubano es el mismo que persiguió a los curas, los golpeó, los apresó y los expulsó del país. El mismo que mandó a los homosexuales a los campos de concentración o el que exigió una prueba de homosexualidad para dejar salir a algunos por el Mariel en 1980.
Es el mismo que impidió que jóvenes católicos o de cualquier otra religión pudieran entrar a la universidad. El que asesinó a miles de personas por solo pensar diferente. El que metió presos a más de mil cubanos el 11 de julio de 2021 por reclamar libertad.
Es el mismo que llenó a América Latina de insurgentes, el que apoyó a las FAR en Colombia, que mandó guerrillas a Bolivia a subvertir el orden constitucional en aquel país. El gobierno, las doctrinas y las políticas no han cambiado. Es el mismo desde Fidel Castro, pasando por su hermano y ahora por el inepto de Díaz-Canel, la cara visible de un gobierno que mata de hambre a su pueblo.
Eligen para la Comisión de Derechos Humanos al peor gobierno que tiene cualquier país de la región, al que le quiere controlar, incluso, hasta la comida a las personas, al que obliga a los niños a tomar compotas hasta los tres años, al que le quita la leche a los siete, y los deja sin opciones, porque no hay donde conseguirlas, al de los dirigentes fuera de la ley, al de la familia Castro, que hace y deshace, y cada uno de sus miembros vive como millonario, o más que millonarios, porque tienen la ley detrás para que los proteja, como no ha ocurrido jamás en ninguna parte.

El mundo anda patas arriba y lo que sucede con Cuba en la ONU es una muestra más. Y no puede ser diferente cuando el comisario de Política Exterior de la Unión Europea, Josep Borrell, viene a La Habana y se reúne con los gobernantes, o cuando el papa Francisco los recibe con honores en El Vaticano, o el secretario General de la ONU los complace aceptando invitaciones para lavarles la cara en la misma capital cubana.
Los otros, el resto, se pensará que todo anda bien, que en Cuba se respetan todos los derechos de las personas al nacer: alimentación, salud, educación, el derecho a pensar y opinar, a no ser manipulado ni perseguido por creencia por sexo o credo. Y todo es mentira, una falacia total.
Y luego hay que leer cómo el mandatario cubano dice en X -antes Twitter- que ha sido «Un lugar ganado practicando la solidaridad, la cooperación, el respeto a la dignidad y el derecho de todos los pueblos del mundo a vivir en paz».
Hay que tener la cara dura para hablar así, mientras el pueblo se muere de hambre y necesidades, mientras 20 mil agentes de la seguridad persiguen a todo el que habla en contra del gobierno, al que critica las políticas de los gobernantes, incluso en las redes sociales.
La elección de Cuba a la Comisión de Derechos Humanos es un fruto más del lobby que hacen sus diplomáticos, pero no de la vida de un país. Ninguno de esos gobiernos que votaron a favor de Cuba saben cómo se vive en la isla, porque sus diplomáticos en La Habana viven escondidos en ese mundo donde todo parece idílico.
Los exhortó a dejar la comodidad de sus embajadas en El Vedado, Quinta Avenida y Miramar y adentrarse en los lugares donde vive el que trabaja, el que sufre, el que no come o se muere sin medicamentos.
Tengo asco de la política y los políticos, y cada vez más de la ONU.

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