Por Joel Fonte (Especial para El Vigía de Cuba)
La Habana.- Los cubanos tenemos una dramática «ventaja» que nos eleva por sobre cualquier otro pueblo del mundo: hemos sido víctimas de la dictadura más prolongada de la historia; no solo del hemisferio occidental, sino de todo el orbe.
Así pues, con esa dura experiencia y para encontrar la Verdad en nuestra realidad, hasta debajo de las piedras, solo necesitamos deshacernos de la influencia del torrente de mentiras con que nos bombardea persistentemente el castrismo, y analizar…
¿Qué son, pues, y simplificadamente, las MIPYMES? No son micros, medianas o pequeñas empresas. Esos términos se aplican a una economía abierta, donde los ciudadanos participan en igualdad de condiciones, de oportunidades, sin la intervención fiscalizadora-policial y la minuciosa regulación por el Estado de todas sus actividades, donde existen una banca privada o pública que asimismo fomentan la inversión, la estimulan con préstamos rápidos y bajas tasas de intereses, y sobre todo donde el sujeto nacional -por sobre el empresario extranjero- tiene protagonismo e ilimitadas posibilidades para desarrollar su crecimiento económico y construir su progreso personal aportando al bien común.
Y en ese contexto de libertades reales, hay un amplio mercado de consumo porque los ingresos de la población tienen poder adquisitivo, y es impensable por supuesto la intolerancia ideológica, la exigencia de determinado credo o ideología para el cause fácil de los emprendimientos empresariales.
Entonces, lo que persigue la dictadura castrista con las Mipymes no es su protagonismo económico en el contexto nacional, que explícitamente se lo sigue concediendo el castrismo al tejido de ineficientes empresas estatales que continúan desangrando al país, sino lavar dinero robado por una buena parte de los principales dueños de esas empresas que tienen lazos con el Poder; legitimar y blanquear todos esos millones que le han sido exprimidos a los trabajadores cubanos, esos que reciben látigo y no un salario merecido para construir una vida digna, un proyecto familiar.
Un número no despreciable de ellas no se constituyen siquiera con esos fondos malversados, son empresas del régimen mismo que han adoptado ese diseño, bajo el nuevo sistema de normas legales.
Persigue así también la dictadura sostenida por la cúpula militar que encabeza Raúl Castro, con esa fachada infame de supuestas empresas privadas, obtener financiamiento, servicios, bienes y productos que en el exterior se les dificulta conseguir como Gobierno porque han perdido la credibilidad para obtener préstamos. Deben miles de millones de dólares a cientos de acreedores públicos y privados por todo el mundo; han devenido en un régimen mendigo que pide y pide para malversar y retomar el ciclo de multiplicar esa desenfrenada corrupción.
Pero -y a mi juicio es el más importante objetivo de esa medida económica- la finalidad de la constitución de las Mipymes es de naturaleza política, es la manipulación de la realidad cubana ante el mundo para disminuir un aislamiento que cada vez se les hace más agudo, pese al discurso castrista…
Y así, muchos de esos sujetos políticos en el orbe -personas y organizaciones- entre ellos el propio gobierno norteamericano, e incluso cubanos en el exilio declarados enemigos del Castrismo, han llegado a creer que en Cuba se está produciendo una apertura económica y que hay autonomía real para esos empresarios.
Los que así piensan olvidan el pasado, las recurrentes y «oportunas» confiscaciones, los «plan maceta», y todos los despojos de que hemos sido objeto los cubanos cuando hemos intentado «levantar la cabeza».
Los que alcancen prosperidad aquí -y ya son al menos unos cuantos miles los millonarios en la Cuba «socialista»- mantendrán ese status haciendo lo que al comienzo hicieron para formar parte del diseño: la cerviz inclinada, apoyando a la dictadura, bien obedientes, o un mal día lo perderán todo.
No olvidemos que el modelo de poder económico y político del castrismo excluye que la riqueza esté en manos de sus enemigos.
Al pueblo manténgasele pobre, y será controlable.