Por Jorge Luis García Fuentes
Hermosillo, México.- Cada cierto tiempo a la maquinaria de propaganda castrista se le traban los viejos, desgastados engranajes, y saca alguna promesa o fábula más allá de cualquier idea medianamente razonable. Esta vez le tocó a Betsy Díaz Velázquez, ministra de Comercio Interior, quién justificó la falta de abastecimiento alimentario con la triste historia de que en Canadá los ríos se congelaron y que, ay, así no era posible que enviaran chícharos a las mesas cubanas.
Si ya el ministro de eso que ellos llaman Economía, el compañero Alejandro Gil, se había quejado de las dificultades para importar alimentos, dado que los productos de la libreta de racionamiento son importados en su casi mayoría, con lo cual deja claro, así sin querer, que en Cuba no se produce ya casi nada, tal parece que necesitarían un nuevo repertorio de pretextos, pero no. Insisten en crear panoramas infantiloides como el de los idílicos turistas cubiches visitando volcanes en Nicaragua.
En una época en la que ya no cuelan las culpas a los ciclones, a la sequía, a los macetas, a los intermediarios, a la CIA, al FMI, la OPEP, el bloqueo o la mala suerte, los encargados de desviar la atención del desastre nacional que ellos mismos —solitos, coño, sin ayuda— provocaron, deberían de volverse más creativos. O menos cínicos.
Un asere ya, para ellos.