Por Jorge Sotero
La Habana.- Enfermarse en Cuba puede traerte problemas. En el país casi no hay médicos, porque el gobierno los ha exportado como hizo con las langostas y las mejores cosas que se producían en la isla por décadas. Y esos que te encuentras en los cuerpos de guardia, en la mayoría de los casos, son estudiantes de los últimos años de la carrera de medicina, quienes están obligados a cumplir turnos de 24 horas cada tres días.
Si caes en cama, con cualquier síntoma, intenta averiguar por ti mismo qué es lo que padeces y trata de encontrar las medicinas que necesitas, porque en las farmacias no hay ni los medicamentos para controlar la presión arterial, ni analgésicos y mucho menos antibióticos, o vitaminas. Y tampoco fármacos para el asma, en un país donde los asmáticos andan por miles, por esas «bondades» de nuestro clima.
En caso de sentirte mal, acude a la medicina tradicional: los cocimientos de plantas, a los té medicinales, o a cualquiera otra opción que te sugieran los abuelos, porque los remedios que necesitas no los vas a encontrar, a menos que acudas a uno de esos comerciantes que venden lo que otros traen de fuera, como medio de vida.
Trata de no herirte en la cocina o en labores agrícolas, en la construcción o en cualquier otra tarea, porque en Cuba no hay material de sutura. No hay agujas, ni hilo, y mucho menos anestesia o desinfectantes.
Sobre todo, evita las fracturas, porque no hay cómo hacerte pruebas de Rayos X, no hay yesos, ni ortopédicos que te puedan hacer una valoración certera del daño que tienes. En algunos lugares te colocan un trozo de madera, o una botella de TuKola escachada, atada con tela o scotch.
No arriesgues: evita las enfermedades graves, porque si vas a un hospital a por una cirugía, te dirán que tienes que llevarlo todo, el kit completo: anestesia, hilo, aguja, antibióticos, bisturí, vendas, esparadrapo, algodón y hasta el cloruro de sodio. «Si no traes eso, no te puedo operar», te dicen los cirujanos.
Si tu mal es más grave, los riesgos son mayores: no hay sueros para los que padecen de cáncer, ni medicamentos para los operados del corazón y trasplantados. Tampoco existen los preparados para los que pasan por esos molestos procesos de hemodiálisis.
Incluso, si vas a un médico y te dice que tienes un proceso viral, luego de haberte auscultado, duda. Insistele en que te mande el tratamiento que llevas, que tú lo tienes en casa, y cuando salgas de donde el galeno, lo buscas, porque puedes tener infección en los pulmones y morir, como ha sucedido con muchas personas en los últimos tiempos.
Si te enfermas en Cuba y no tienes quién te ayude, la vas a pasar mal, porque al gobierno cubano ya no le interesan ni las estadísticas -incluso ni los médicos que tiene secuestrados en África desde hace varios años- y lo más probable es que te dejen morir. Por esa razón, evita por todos los medios enfermarte.