NO, NO TIENEN MI CONFIANZA

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Por Mauricio de Miranda Parrondo

He visto la Mesa Redonda de la TV cubana emitida hace dos días. El ministro de Economía de Cuba, Alejandro Gil dijo que: «las distorsiones no hacen parte de nuestro diseño». Después de hacer un llamado al análisis de las «condiciones objetivas» dice entre muchas «perlas» de su larga intervención, semejante cosa.

Por supuesto que las distorsiones no hacen parte del diseño porque el diseño se ha hecho con DESPRECIO DE LAS LEYES OBJETIVAS DE LA ECONOMÍA. Su llamado al análisis objetivo, no fue utilizado por él mismo y por todos quienes estuvieron involucrados en la llamada «Tarea Ordenamiento» ni por los demás miembros del gobierno y de la dirección del PCC que al final lo decide todo.

No se para quien habla el ministro cubano de Economía y Planificación, pero estoy seguro que no es para personas con dos dedos de frente y capacidad para entender los problemas del diario vivir a partir de sus propias dificultades.

Parece que el ministro no quiere aceptar que todo tiene un límite en la vida y que ese pedido de confianza se ha hecho muchas veces en más de seis décadas y la confianza ha sido dada. Creo que ya es suficiente para decir basta. No, no tienen mi confianza.

Sí, tenemos problemas con las divisas, con el combustible, con los barcos, con la oferta de bienes, con la producción de alimentos, con la producción industrial, con la producción de azúcar, con la de pollo, con la de carne, huevos, leche, y la lista puede ser interminable. Tenemos problemas con la recuperación del turismo, con las afectaciones de las remesas, con el recrudecimiento de las sanciones económicas de Estados Unidos. En fin, el mar.

Pero el principal problema radica en que el gobierno no quiere aceptar que su conducción económica es desacertada y pretende mantener a toda costa un modelo fallido, que ha probado históricamente su ineficacia. Es un gobierno que se muestra incapaz de realizar las transformaciones estructurales que requiere el país y lo más grave es que NOSOTROS, EL PUEBLO, quienes somos soberanos de acuerdo con nuestra constitución, no contamos con los mecanismos legales para reemplazarles, que es lo que sucede en cualquier país normal en el que cuando un gobierno no cumple con las expectativas del pueblo se le reemplaza pacífica y democráticamente en la siguiente elección. Esa es una transformación institucional que requerimos con la mayor urgencia.

Finalmente, dijo el ministro que «la única salida es la Revolución y el socialismo». ¿Cuál revolución? ¿Cuál socialismo? ¿Dónde están que no los veo?

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