RATIFICACIÓN DE CUERNOS

0
40

Por Oscar Durán

La Habana.- Gerardo Hernández Nordelo acaba de ser ratificado como Coordinador Nacional de los Comité de Defensa de la Revolución (CDR). Su esposa, Adriana Pérez, está de lo más contenta porque mientras su marido le dedica tiempo a una organización inservible, ella anda invirtiendo sus momentos en cosas placenteras. Como siempre hizo.

No olvido una anécdota que me contó un colega periodista, cuando los espías estaban presos. En uno de esos actos que hacía la dictadura para reclamar el regreso de los Cinco, Adriana fue invitada y, nada más vio a mi amigo, le echó el ojo. Lamentablemente no llegaron a nada porque un Seguroso -sabiendo de la pata que cojea la señora del Coordinador- se le acercó al periodista y le dijo: “si tú no quieres dormir en Villa Marista por el resto de tu vida, no la mires más”.

No he sabido más de mi compañero, una bestia sobrehumana en temas de mujeres. Anda por Maracaibo, creo. Algún día lo entrevistaré para que me cuente su fallido romance con la señora Adriana. Dejémoslo así por el momento. Vayamos al tema central.

Según los medios oficiales de la dictadura, ejercieron su derecho al voto los 475 delegados, con 473 boletas válidas y dos en blanco. Esas personas que dejaron las boletas vacías se merecen, ahora mismo, una casa cerca de Punto Cero. Son más revolucionarios que todos los presentes y es un acto de sinceridad nunca antes visto en estos tipos de teatros. Gerardo tiene dos traidores dentro de sus filas y no lo sabe. Me imagino que ahora la Seguridad del Estado empiece a buscar las huellas dactilares de esos inocentes para meterlos presos por desacato. 

Eso sí, todos los candidatos electos para conformar el Secretariado Ejecutivo Nacional alcanzaron el 99,5 % de los votos válidos. Por cinco años más aseguraron un carrito con aire acondicionado y tiempo libre para seguir jugando Solitario en una computadora del año de la bomba. No hay mucho por hacer en los CDR a día de hoy y eso lo sabe hasta Miguel Díaz-Canel.

Por el momento, nos queda seguir aguantando a Gerardito y su pandilla por un lustro más. Cuando termine su mandato, quién sabe y sea el nuevo presidente de Cuba. Apunta para eso. Si sucediera tal cosa, entonces pasaría de cornudo nacional a cornudo internacional. Adriana sabe de lo que hablo.