LA ENTREVISTA DE PEDRO LUIS QUE LO CAMBIÓ TODO

DEPORTIVASLA ENTREVISTA DE PEDRO LUIS QUE LO CAMBIÓ TODO

Por Nelson de la Rosa Rodríguez

Santo Domingo.- Lejos estábamos tanto él como yo, que aquella entrevista publicada en el mes de marzo de 2005 sería la que activó el Plan B en su vida.

Ya para entonces, él no era el director del equipo Habana. Bajo su mando los Vaqueros jugaron en las temporadas 97-98 y 98-99 y en ambas lograron a clasificarse a la postemporada. En la primera llegaron a semifinales y en la segunda cayeron en cuartos de final, pero algunos le tildaban de dictador por sus métodos.

Aquella mañana, recuerdo bastante nublada, yo caminaba desde el Estadio “Nelson Fernández” hacia la puerta del CVD cuando lo veo venir en su bici. Luego del habitual intercambio de manos le insistí para la entrevista a la que una y otra vez me le había dado largas. Entonces, cual, si estuviera aluminio en mano en el cajón de bateo, se mostró retador.

  • Yo te voy a dar una entrevista, pero para que publiques todo lo que te voy a decir.

Seguramente pensó que eso me haría retirarme de la contienda. Pero, todo lo contrario, ahí entendí que el expelotero tenía mucho que decir, pero era consciente de no haber encontrado el espacio adecuado… hasta ese momento.

  • Pues cuando tú quieras, yo publico cuanto me digas.

Claro está que el espacio no sería la radio local ni provincial y mucho menos el periódico provincial. Tanto filtro hubiera dejado la entrevista en el saludo y la despedida.

Por aquel entonces ya yo colaboraba con la sección de deportes de la Revista Palabra Nueva, medio de la Iglesia Católica de la Arquidiócesis de La Habana, un verdadero espacio de periodismo en el que se aborda la realidad cubana desde una mirada diferente a la de los llamados “medios oficiales”.

Y así quedamos para la entrevista, mientras yo revisaba archivos y tiraba unos añitos atrás en el recuerdo.

Pedro Luis Rodríguez es un expelotero cubano muy conocido, especialmente por su capacidad ofensiva. Solo a nivel doméstico, sin incluir los muchos eventos internacionales, tenemos que participó en 14 Series Nacionales y Selectivas en las que conectó l599 hits en 4793 veces al bate para un fabuloso average de .334, con 281 dobles, 53 triples, 193 jonrones y 802 carreras impulsadas, pero más que eso es tipo jaranero que primero pone cara de malo y luego muestra una sonrisa que transmite paz y contagia.

Lo recuerdo de cuando visitaba a mi vecino Francisquito de la Terga. Entonces me decía: “hoy viene el negro” y yo como adolescente al fin, amante del Béisbol participaba en la conversación y me enteraba de algunas interioridades beisboleras, anécdotas de esas que no se publican, mientras el pelotero disfrutaba de un vaso de yogurt o un “pozuelo” con helado.

Y el tiempo pasó y yo crecí. De aficionado pasé a ejercer el periodismo y el negro que visitaba a Francisquito era también amigo mío. Pero ahora era diferente, ahora lo tenía, grabadora de por medio, ávido de contar historias hasta entonces inéditas.

Y se hizo la entrevista y ciertamente el “negro” habló de todo. Reconozco que fue un ejercicio de valentía de ambas partes, pero más que todo, un ejercicio de libertad, algo a lo que entonces no estábamos acostumbrados.

A los pocos días de haberse publicado la entrevista, podemos decir que era abril de 2005, Pedro Luis lo tenía todo listo para irse como colaborador a Ecuador, donde estaría al frente del equipo de ese país que luego asistiría al Preolímpico.

Y volvimos a coincidir, muy cerca del propio CVD. El venía y yo iba, ahora ambos en bicicleta. Entonces me para, veo que tiene un ejemplar de la revista enrollado, como yo no lo haría nunca, en el bolsillo trasero de su pantalón.

Nelsito, ¿esta Revista es de la CIA? Me dice raudo y veloz.

  • ¿Cómo de la CIA? Y me echo a reír. ¿Qué pasó?
  • Nada, que ahora en la Comisión Nacional dicen que tengo que explicar lo que yo dije en la entrevista. Allí me enseñaron una fotocopia de la entrevista y tienen muchas de mis respuestas marcadas.
  • Tranquilo Pedro, tú hablaste y yo publiqué. Soy tan responsable como tú. ¿A dónde hay que ir?
  • Eeeee!, eees pérate ahí mismo. Tú no tienes que ir a ningún lado y lo que dije en la entreviste se lo repito al que tenga que repetírselo.

¿Y qué tenía que aclarar Pedro Luis ante las autoridades del Partido Comunista, el Poder Popular y la Comisión Nacional de Béisbol?

Las verdades que dijo. Y que ahora reproduzco algunas de ellas.

Dirigiste a La Habana en las temporadas 97-98 y 98-99, algunos te acusaron de dictador por tus métodos.

“Me han dicho dictador, Mussolini, Batista, Hitler, de todo. Cuando accedí a dirigir hablé con Pedro Sáenz, primer secretario del PCC en La Habana, por aquel entonces, y le dije que sería a mi manera y él me dio toda la potestad. No permití indisciplinas y el que no rendía no jugaba. La gente habla mucho, pero en definitiva salvo alguna que otra excepción, los jugadores me lo agradecieron, pues conmigo jugaron todos. El que menos veces al bate tuvo llegó a 120 y los resultados colectivos fueron buenos.”

Bajo tu mando José Ibar, Oscar Macías y Andy Morales alcanzaron sus mejores resultados.

“Dicen que yo fui el responsable, yo sólo los reajusté. A Ibar le dije: Cheo esto es entrenamiento de 9 a 5, de lunes a sábado. No puedes faltar. En el caso de Macías, un dirigente me recomendó botarlo y yo no estuve de acuerdo pues sería el cuarto bate. Es cierto que tuvimos varios “encuentros” pero al final conversábamos, él entendía y dio resultado. Con Andy fue algo parecido: resbaló, lo llevé al banco, puse a Alexei López, éste comenzó a batear y cuando Andy quiso volver al juego le dije,ahora tienes que esperar tu turno. Cuando tuvo su oportunidad rindió a gran altura. No sólo ellos se destacaron, en ese equipo sobresalieron también Neylán Molina, Nataniel Reinoso, Raúl Valdés y muchos otros, en sentido general el equipo estuvo bien, por eso quedamos cuartos en la Serie.”

¿Por qué no has vuelto a dirigir?

“Mira, hay muchos compromisos, con el pueblo, con el Gobierno, contigo mismo, con la familia, incluso con los peloteros, que son amigos tuyos. Son tantos que nunca quedas bien, cuando gana el equipo ganan los jugadores, cuando se pierde, pierde el manager. Además, yo tenía “encarnado” a Carlos Fidel el funcionario que atendía el deporte en el Comité Provincial del Partido, yo no le caía bien y siempre estaba chocando conmigo y cuestionando mis decisiones, yo le demostraba por qué no debía ser como él decía y seguía insistiendo y así con muchas cosas hasta que le prohibí estar en la reunión previa que teníamos antes de cada juego. Realmente me sacó de mis límites y si no llego a tener el control necesario quizás hoy yo estuviera sancionado, pues siempre tendría las de perder pues se trataba de un funcionario del Gobierno.

 Decidí que la mejor pelea es la que no se disputa y al terminar mi segunda serie opté por no dirigir más y así se lo dije a Sáenz, antes de que me fuera a buscar un problema mayor.

 Desde ese momento, cada año surge la incógnita de si voy a regresar. En lo personal no me fue mal pero no tengo interés en hacerlo de nuevo. Yo veo ese trabajo como el de los árbitros, que no han salido y ya les están chiflando, cuando pasa algo todos te caen arriba, por eso a mí no me verán más nunca dirigiendo un equipo.”

 Lo cierto es que después de repetir las verdades, y de aclarar todo lo que no querían entender, al “negro” le jodieron el viaje a Ecuador y comenzaron a cerrarse muchas puertas. Sin embargo, como en su momento hizo con el bate, esa vez esperó su lanzamiento y logró conectar contra los muros, o mejor, pudo activar el Plan B y salir adelante.

Ese mismo año Pedro Luis Rodríguez salió de Cuba y desde hace muchos, como muchos, vive en Estados Unidos.

¿Si aquella entrevista, por la que a mí me tocó algún ramalazo también, no se hubiera producido y luego publicado, Pedro Luis Rodríguez aún estuviera en Cuba?

No lo sé, pero me atrevo a pensar, con todo lo que ha ido pasando, que tampoco estuviera en la isla.

Eso sí, en aquel momento, en un ejercicio pleno de libertad, dijo lo que creyó que debía decir y luego fue coherente en las rondas de aclaraciones.

Y esa es la historia de la entrevista a Pedro Luis, aquella que lo cambió todo.

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