Por Iran Caporte ()
La Habana.- No sé si a ustedes les pasa, pero con esto de los apagones, he descubierto que uno va desarrollando habilidades casi sobrenaturales. Por ejemplo, como estoy «sin gas» en el gao, todo tengo que cocinarlo en el fogón de inducción. Y cuando digo todo, digo todo en un solo caldero y una sartén.
Durante el apagón, ya cerca de la hora en la que se supone que debe llegar la luz, yo voy pelando los ajos, pelando las viandas, escogiendo el arroz… Y en caso especial, picando la carne, lo que es igual a descongelar el picadillo.
A esta zona previa le llamo: «En sus marcas».
Una vez dispuesto todo y organizado en el orden de la futura cocción, entro en la zona: «¡Listo!».
Cuando la corriente llega, fresca como una lechuga, comienza la zona: «¡Fuera!». Y es ahí donde empieza el despelote. Pongo el caldero, echo las viandas, las dejo ablandar. Quito el caldero, mientras aplasto las viandas con un tenedor, pongo la sartén, hago el sofrito. Quito la sartén. Pongo el caldero. Dejo que cuaje, condimento. Quito el caldero. Pongo la sartén, hago la carne, mayormente el picadillo. Y así, quita caldero, pon sartén. Quita sartén y pon caldero, logro hacer el almuerzo en tiempo récord..
Siempre puede ocurrir que la corriente se vaya antes de lo previsto, si es que hay previsto. Y antes de que ella me joda, la jodo yo a ella.
¡Chúpate esa, UNE!
Del sabor podemos hablar después. Y del color hablamos ahora: Compré un pomo grande de bijol a falta de frijoles. Así que, todo en mi interior se está tornando «yellow».
(Tomado del Facebook de Iran Capote)
