Por José Walter Mondelo
La Habana.- Hace hoy 18 años murió Simon Wiesenthal (1908 – 2005), investigador judío, el mayor perseguidor de criminales nazis en el siglo XX. Tras haber estado prisionero durante más de cuatro años en campos de concentración, fue liberado en 1945 por tropas norteamericanas, se reencontró con su esposa Cyla; del resto de su familia no quedó rastro alguno. A partir de entonces, dedicó la mayor parte de su vida a localizar e identificar criminales de guerra nazis que se encontraban fugitivos, para llevarlos ante la justicia.
En 1947, él y treinta voluntarios más fundaron el Centro de Documentación Judía en Linz (Austria), con el propósito de recoger información para futuros procesos.
Wiesenthal fue una figura fundamental en la captura y procesamiento del principal factor de la «solución final» o Endlösung, Adolf Eichmann. También logró la identificación y localización de Karl Silberbauer, el oficial de la Gestapo responsable del arresto de Ana Frank, que fue descubierto en 1963 cuando trabajaba como inspector de policía en Viena. Wiesenthal también localizó nueve de los dieciséis nazis juzgados en la Alemania Occidental por el asesinato de la población judía de Leópolis, su ciudad natal. Otros nazis localizados gracias a Wiesenthal fueron el austriaco Franz Stangl, comandante de los campos de concentración de Treblinka y Sobibor, capturado en 1967 en el Brasil gracias a su investigación, y el alemán Josef Schwammberger, comandante del gueto de Przemysl, fue detenido en 1987 en Argentina. También Hermine Braunsteiner, un ama de casa que vivía en Queens, Nueva York, fue identificada por Wiesenthal como «la yegua de Majdanek», así llamada porque acostumbraba a patear a las reclusas hasta matarlas. Finalmente fue extraditada a Alemania en 1973 y condenada a cadena perpetua en 1981.
Wiesenthal consiguió, en el transcurso de su larga vida, llevar ante la justicia a más de 1100 reos de crímenes contra la humanidad en todo el mundo.
En cierto modo, el recién fundado Tribunal Penal Internacional se constituye en heredero de su labor.
Comparto algunas de sus frases más recordadas:
“Para que el mal prospere, sólo requiere que los hombres buenos no hagan nada.”
“El humor es el arma de la gente desarmada: ayuda a las personas oprimidas a sonreír ante la situación que les duele.”
“La violencia es como una mala hierba – no muere aún en la mayor sequía.”
«Los derechos humanos es la única ideología que merece sobrevivir».
“La historia del hombre es la historia de los crímenes, y la historia se repite. Así que la información es una defensa. A través de esto podemos construir, debemos construir una defensa contra la repetición.”
“La nueva generación tiene que escuchar lo que la vieja generación se niega a decirle.”
“La justicia para los crímenes contra la humanidad no debe tener limitaciones.”
“No se puede negar que Hitler y Stalin están vivos hoy en día… que están a la espera de que nos olvidemos, porque esto es lo que hace posible la resurrección de estos dos monstruos.”
„La reconciliación sólo es posible sobre la base del conocimiento de la realidad“
„La restitución moral es más fuerte que la restitución material“.
„Pero yo, incluso mucho antes de haber tenido tiempo de meditar detenidamente, comprendí que no debíamos olvidar. SI todos nosotros olvidábamos, podía volver a ocurrir lo mismo al cabo de veinte, cincuenta o cien años“.
“Tal como yo lo veo, mi trabajo sirve solamente como una advertencia a los asesinos de mañana, a esos que quizás hayan nacido hoy. Sirve para advertirles que nunca se les dejará en paz. Y es que si no hacemos esta advertencia, millones de personas habrán muerto en vano”.
“El odio es un sentimiento que me es totalmente extraño. Si yo estuviera lleno de odio, hace mucho tiempo que habría fracasado en mi empresa. Habría llevado a juicio a personas sin comprobar mis evidencias. Habría logrado exactamente lo contrario de lo que yo siempre quise lograr”.
„No hay libertad sin justicia“.