Por Ulises Uoirac
La Habana.- Sin mucha muela antes de recomendarla: véala sino lo ha hecho, y si lo hizo, vuelva a verla.
Clint (el Eastwood, no la onomatopeya) es un toro con un trapo: va con todo hasta lograrlo. Y aquí, claro, igual. Apoyándose en dos caballos de fuerza descomunal en actuación (Morgan Freeman (Nelson Mandela en el film) y Matt Damon (Fançois Pienaar, capitán del equipo de rugby sudafricano), narra la historia del Campeonato Mundial de Rugby de 1995, recién concluido un interminable estado de Apartheid en el que los blancos llevaban con absoluta supremacía el país.
El problema más agudo al que se enfrentó Mandela al ser elegido presidente fue el racial. El lo sabía. No sólo la secular dominación blanca sino la lógica revancha negra. Solo un hombre como él pudo llevar adelante esa casi imposible tarea.
Invictus demuestra cómo en un escenario histórico como aquél, un equipo eminentemente compuesto por blancos planta una batalla casi sobrehumana para dar a su nueva nación el orgullo del trofeo. Y en ese mismo renglón, el apoyo de los 43 millones de sudafricanos a su equipo nacional.
Lo más grande con lo más chiquito. Una película pa mirar con rositas y pañuelo. Te dispara mil touchdown al pecho.
Ya te dije…. Tienes que verla. Está muy de pipi.
(Tomado del muro de Facebook de Ulises Toirac)