Por Jorge Menéndez
Madrid.- El parlamento alemán ha dado un paso más en aislar a su país de la dependencia rusa. Con 399 votos a favor y 275 en contra ha aprobado una nueva ley para los sistemas de calefacción, que a partir de ahora no trabajarán más con gas, ni con combustibles fósiles.
Argumentan que hay que cumplir para el 2050 las tareas de emisiones del planeta, y que, además, nunca volverán a comprarle combustibles a Rusia.
Como alternativa proponen pasarse a las bombas de calor, que tienen unos precios bestiales y cuya complejidad de instalación, incluso, no siempre es posible.
No hay ni siquiera hoy en Alemania una ley por la cual el estado te compense parte de la compleja y cara inversión.
Alemania es ahora mismo, posiblemente, rehén de sus palabras, pues países como Hungría, Serbia, Turquía, Bulgaria y Chequia siguen importando petróleo y gas rusos sin ningún problema.
En estos momentos, Alemania y su gran consorcio BASHF deslocalizan empresas y cierra otras, y van ya por más de 10 mil personas engrosando el ejército de los desempleados.
De cara a la galería europea gritan !NO a Rusia!, pero lo cierto es q han aumentado las importaciones de fertilizantes nitrogenados de Rusia en un 380 por ciento, ante el costo de producirlos ellos mismos. Esa es la verdadera realidad.
La realidad es que Alemania ha comprado a Rusia dos veces más uranio enriquecido que el año pasado. Y Estados Unidos le ha comprado a Rusia más de dos veces lo contratado el año anterior.
Brasil, India, Reino Unido y Canadá han pedido a Rosatom, el consorcio nuclear ruso, aumentar sus contratos. Y el gran director de orquesta, Washington, le ha trasferido a Rusia más de 700 millones en solo cuatro meses.
Nos quieren hacer creer lo que no es, han querido poner la política por encima de la realidad.
La pregunta es muy sencilla: si hay 10 paquetes de sanciones, entonces cómo le mandas dinero a Rusia por fertilizantes nitrogenados y por uranio.
Lo que más me llama la atención es que el primer importador de todo esto es Estados Unidos, con sus serviles europeos detrás.
La historia no termina ahí: todos estos países q quieren ahogar a Rusia, también le están comprando isótopos para usos medicinales. En el caso de Estados Unidos, estamos hablando de 550 millones; Canadá, 645 millones; Unión Europea 786 millones.
Estados Unidos no está en condiciones de reactivar su producción de uranio enriquecido hasta el 2027, es una tecnología muy costosa, que hoy solo tienen contados países en el mundo y por esa razón las centrales nucleares no pueden prescindir del uranio ruso, que hoy abastece a la mitad de los reactores nucleares existentes en todos los continentes.
En estos momentos, Rusia construye 33 reactores con su tecnología de punta en países como China, India, Chequia, Hungría, Egipto, etc, que, cuando entren en funcionamiento, le dará a Moscú un 75 por ciento del mercado de uranio enriquecido.
Al mismo tiempo, el Kremlin tiene ya propuestas de la Unión Europea y Estados Unidos para que les venda las patentes de su nueva tecnología de ciclo cerrado en reactores nucleares, que permiten reactivar el uranio ya utilizado y darle un ciclo de trabajo durante la vida útil del reactor.
De eso nadie habla, solo curiosamente The New York Times, The Telegraf y pocos más. Los demás solo dicen que hay que ahogar al oso ruso.