Por Arturo Mesa
La Habana.- Creo que por primera vez no voy a mencionar el nombre del autor de la frase; en este caso, me interesa más el concepto. Sépase que se trata de un funcionario de mi más absoluto respeto, pues conozco de sobra sus nobles intenciones y su compromiso, durante años, con la causa en la que cree; para mí eso se llama consecuencia y vale mucho.
Pero acabo de leer algo que publica en su muro y me salta a la vista este párrafo:
“Son muchos (los emigrados) y también son víctimas. Espero que en mejores tiempos, como ha dicho nuestro presidente públicamente, muchos puedan y decidan volver a casa». Fin de la cita
El día que al presidente le nazca asumir en público esa frase, ya muchas cosas comenzarán a cambiar.
El presidente jamás ha dado siquiera a entender esa idea. Llevo poco tiempo fuera pero me mantengo informado y si no lo dijo cuando estaba allá, tampoco lo ha hecho en estos meses.
La idea que sí ha dado a entender, es que él (ellos) no son culpables de nada; que la culpa de todo es del bloqueo y de la cruel política del imperio como afirmó recientemente, el 23 de julio, en la clausura del 1 período de sesiones de la X Legislatura.
Ni siquiera sabe asumir su responsabilidad en el deterioro del nivel de vida de la población desde la primera medida dictada por ellos (y no, por el imperio) para intentar mejorar las condiciones de vida. Asumir responsabilidades lleva una condición que no se enseña en la Ñico López: amar y respetar al prójimo. Eso se aprende de sufrir junto al prójimo y querer lo mejor para él.
Yo hubiera dejado pasar el mensaje, viniendo de una persona seria, pero esa oración es clave para el intento de una futura reconstrucción de un país que ni con la ayuda de todos sus emigrados, va a ser fácil. Así que si queda algún ciber-espía tras mis huellas, tomen nota de esto.
Asumir responsabilidades sería un primer paso muy serio, pero no lo veo venir, solo veo la prepotencia de quien cree que tiene razón por encima de todas las cosas y de que el sistema que defiende es el correcto aunque nos lleve al fondo del mar. ¡Valiente Capitán! La orden de hacer como ellos entiendan, hace rato fue dada.
No puede olvidarse que ese fue el mismo señor que, en medio de un nerviosismo extremo –a lo Bush cuando las Torres-, dijo que las calles eran de los revolucionarios y no hay forma humana posible de entender esa frase que no sea con violencia.
Fue él también quien dijo que la orden de irle arriba a quien salga a la calle a protestar estaba dada, lo cual llevó a más de 100 000 personas a procurarse una visa (¿tampoco tiene la culpa?) así que resulta totalmente infantil asumir que el presidente, en funciones, de nuestro país, quiera, intente, sueñe conque sus coterráneos ayuden a levantar la patria.
Se necesita de mucho valor humano y mucho altruismo para desarmar un concepto de culpar al otro y empezar a hacerse eco de la necesidad de amor entre cubanos donde quiera que estén, y comoquiera que vean el futuro del país.
Ese sacrificio no forma ni siquiera parte del guión que le entregaron el día que alguien supuso que él era el candidato indicado para dar la idea de cambio e implementarlo.
Ese discurso de reconciliación no existe ni está entre sus planes.
¿Lo hará? Lo dudo, creo que primero aprendería a hablar inglés antes de dar su brazo a torcer.
(Tomado del muro de Facebook de Arturo Mesa)