Por Esteban Fernández Roig Jr.
La Habana.- Me enteré por acá, hace poco, que nació el 26 de diciembre de 1904 en la provincia de Matanzas, porque hubiera jurado que era güinero. Solo que siendo un muchacho aún su familia de mudó para Güines y pasó toda su juventud en mi pueblo, donde trabajó repartiendo pan, de torcedor de tabaco y telegrafista.
Lo cierto es que no ha existido un ser humano en la faz de la tierra que nos haya hecho reír más que Leopoldo Augusto Fernández Salgado, más conocido como José Candelario Tres Patines.
Lo conocí en Culver City, California, en la residencia de mis grandes amigos Marie Curí y Efrén Besanilla Vargas. Efrén me lo presentó y le dijo textualmente: “Leopoldo, Estebita escribe en el semanario 20 de Mayo y es presidente del Círculo Güinero”.
Me miró seriamente, me estrechó la mano y me dijo: “Muchacho, ¿tú eres de Güines? Mira, yo estaba un día en el parque de tu pueblo, sonó un disparo, yo salí corriendo y cuando llegué al Colegio Americano ya yo había pasado a la bala”.
Estaba en Los Ángeles para participar en una obra del “Patronato de Teatro de Güines”. No ensayaba, y durante el espectáculo creaba su propio diálogo -morcillas- y hacía reír no solamente al público sino hasta a los actores participantes en la obra.
Se casó tres veces, una vez con Mimí Cal, más conocida como Luz María Nananina, quien para molestar a Pototo -su otro nombre- se presentaba en la Tremenda Corte como “la viuda de Fernández”.
Dicen que falleció el 11 de noviembre de 1985 a los 80 años. Sin embargo, es de esos seres iluminados que nunca mueren y millones de cubanos -y no cubanos- lo mantenemos vivo en nuestros cerebros, corazones y en nuestros más agradables y risueños recuerdos.
¡Dios te bendiga eternamente Tres Patines!
(Tomado del muro de Facebook de Nostalgia Cuba)