Oscar Durán
La Habana.- Como Miguel Díaz-Canel estaba enfermo con un estado gripal, Manuel Marrero Cruz fue a dar la cara en un recorrido por diferentes zonas afectadas tras el paso de la Tormenta Tropical Idalia. La prensa oficialista celebró esas visitas porque el Primer Ministro instó a solucionar los reclamos del pueblo. ¿Cuándo un dirigente le ha resuelto problemas a los cubanos?
Si Marrero es consecuente con su persona, debe reclamarse a sí mismo y bajar el volumen de su barriga. Es el primer requisito para poder llegar a un lugar mugriento de Cuba y dirigirse a sus pobladores. Todo el mundo demacrado, con hambre, y Marrero Cruz con su semblante rosadito y un barrigón del tamaño de tres pelotas de baloncesto.
Nosotros, los cubanos, no aprendemos a tener valor. Si todos estamos desgraciados, pasando las de Caín, por qué no plantarle cara a estos sinvergüenza y decirle, por ejemplo: Estetuniño, ¿cuál es la fórmula para tener esa barriga? Adoro tenerla así. O que alguien le pregunte cómo lograr una cara tan rosadita y la piel blanquita.
Pero no, nadie le dio el frente al ex ministro de Turismo. Al contrario, lo recibieron con las mismas consignas de siempre. Sin nada en el estómago, ¿cómo el cubano tiene fuerza para gritar cualquier estupidez? Adoctrinamiento se llama eso y su autor intelectual descansa en una piedra allá en Santiago de Cuba.
“Marrero instó hoy a dar solución a reclamos del pueblo en la zona batabanoense de Plataforma 1, como terminación de las aceras, el sistema de drenaje y la rehabilitación de canales, durante una visita que evaluó afectaciones de la tormenta tropical Idalia”, dijo el portal Cubasi.
Díganme si ese párrafo no es una burla. Con tanta escasez de alimentos, medicamentos y aseo, los reclamos de las personas se centraron en las aceras y otras tonteras que no mejorarán la calidad de vida de esas almas infelices. Increíble.
Los dirigentes cubanos le cogieron la bajita al pueblo. Aún en Plataforma 1 hay personas esperando porque les arreglen sus casas de fenómenos climatológicos anteriores, mientras Marrero Cruz pone el ojo en arreglar los canales y solucionar el sistema de drenaje. Se la hicieron fácil.
Menos mal que Díaz-Canel estaba con gripe y no fue. Me imagino que el recibimiento hubiese sido más grande, eufórico. Cuando sucede todo esto, lamentablemente estamos retrocediendo como nación. Más de lo que imaginamos.