Por Mkc Cerralvo
La Habana.- Cuando veo un casa, que sus habitantes la van mejorando y actualizando, que cambiaron el TV de tubo de pantalla por uno plano de 32 pulgadas, luego uno de 50… la lavadora es automática, tienen agua fría y caliente, le ponen nuevas puertas y ventanas, está pintada, aparecen aires acondicionados en los cuartos, los muebles se renuevan, y si algo se rompe aparece su relevo. Entre otras cosas, pienso que es una vivienda de una familia próspera, que de alguna manera su economía va avanzando y sus condiciones y calidad de vida igual.
Cuando veo otra vivienda que quizás tuvo su mejor momento hace años, y ahora sus moradores solo tratan de mantener las cosas como pueden, sin un verdadero mantenimiento o renovación, cogiendo goteras y filtraciones, cargando agua en cubos, porque algo se rompió y no hay cómo arreglarlo, y las puertas, que una época fueron de buena factura, se caen a pedazos, sin pintar, rogando que no se rompa el refrigerador, equipos que no soportan un arreglo más, y otros que hacen pila en algún cuarto de desahogo, entre otras calamidades, entonces, evidentemente mi lógica me dice que esa familia no tiene un buen poder adquisitivo y su economía no es la mejor y están en crisis.
Cosas así me recuerdan mi país, que tuvo épocas constructivas gloriosas, muchos años atrás, en décadas como los 40, 50, 60 y hasta 70, cuando se construyeron en todas las provincias hospitales, fábricas, centrales azucareros, estadios, teatros, cines, mercados, escuelas de deporte, de arte, militares, vocacionales, universidades, centros de investigación, industrias pesadas, ligeras, aeropuertos, termoeléctricas, carreteras, avenidas, autopistas con pasos a nivel, puentes, túneles, parques recreativos, repartos de viviendas con edificios de hasta 12 y 18 plantas, entre tantas construcciones más.
Muchos que vivieron épocas atrás fueron testigos, pero hace ya muchos años nada de esto existe, solo se ha construido en el sector del turismo, en el Mariel, y fuera de eso creo que han sido pinceladas.
Vivimos con los mismos hospitales, algunas fábricas, los estadios de siempre pero peores, también los mismos teatros, cines, escuelas, industrias, carreteras, puentes, termoeléctricas, etc, la mayoría con más de 40, 50, 60 años o aún más.
Construcciones, deterioradas en su mayoría, obsoletas, que pasaron su vida útil, muchas destruidas e inservibles que no ven llegar su relevo, y otras rogando por un mantenimiento que cuando se hace es más pintura, noticia y bulla que beneficioso…
Veo imágenes de otros países, ni siquiera hablo de países desarrollados, con los normales adelantos tecnológicos del nuevo mundo, con construcciones modernas, nuevas, con lo lógico del desarrollo de la humanidad del siglo XXI.
No nos podemos ni comparar. Parece que vivimos a mediados del siglo pasado, porque nuestras construcciones son de esa época, y al menos si estuvieran en buen estado…
En realidad, al ver el grado de deterioro generalizado, se ve que ha llovido mucho desde la última vez que se hizo algo que no fuera reparar una bodega, hacer un parquecito para los niños de un barrio, y entregar cinco viviendas horribles a unos infelices que se les calló la casa.
Al menos el parque motor se va actualizando muy muy lentamente, porque a esta foto histórica de deterioro se le pudiera sumar el museo rodante que tenemos como transporte y nos volvemos aún un país más singular, que supongo deja mucho que decir de nuestra economía, y nuestro famoso intento de “Prosperidad”, de todos nuestros decisores, presentes e históricos, esos que han llevado y llevan las riendas de lo que hacemos.
Quizás dejemos al mundo que nos conozca o nos visite, la misma impresión que me da a mi cuando veo la famosa casa de la familia que no puede ni cambiar el llavín si se le rompe, y amarra la puerta con un alambrito, y espera con temor que por la noche no le entre ningún ladrón.
De todas maneras, creo lo único lo bueno que tiene es que el ladrón no es bobo sabe en donde se mete a robar.
Por ese lado, como país, podemos dormir tranquilos.
(Artículo tomado del muro de Facebook de Mkc Cerralvo)