Por Pablo Alfonso
Santiago.- Una vez más, Miguel Diaz- Canel, el impuesto por Raúl Castro como presidente, deja en ridículo a Cuba. Bastaron 30 segundos en Namibia para validar la incompetencia del cubano de hoy.
El hombre que desgobierna la mayor de las Antillas, en su reciente visita a al país africano, pronunció un discursito en el inglés más malo que oídos humanos hayan escuchado a un mandatario, Nicolás Maduro incluido.
Atrás quedaron los tiempos en que los nacidos en la Isla blasonaban de haber estudiado en las universidades más importantes del mundo. Desde fechas tan tempranas, como1900, en plena ocupación Norteamericana, cerca de mil 300 maestros y maestras cubanas pasaron cursos en la veterana universidad de Harvard, y luego, impartieron lo aprendido en Cuba.
Varios fueron los cubanos ilustres, como el historiador Ramiro Guerra, nacido en Batabanó, que pasaron por las aulas del mejor y más caro centro de educación superior norteamericano. Pero llegó el comandante y mandó a parar. Desde que Fidel sacó a Batista del poder, para instaurar su régimen, los brutos en Cuba se dieron por montones.
Eso era lo que le convenía al autosuficiente y prepotente abogado. Mientras menos supieran, mejor. Así los dominaba a su antojo.
Desde entonces, nadie más estudió en Harvard, ni en ninguna otra universidad que no fuera cubana. Si acaso, en la universidad estatal del Komsomolsk del Amur o en otros centros de la desaparecida Unión Soviética, incluyendo centros docentes ucranianos.
No existe un ministro cubano, ni un dirigente, que ostente un título, un doctorado o un máster, en una universidad que no sea del país donde nacieron o, si acaso, de alguna rusa.
El ejemplo viviente es Raúl Castro, quien fue expulsado del Colegio de Belén por sus malos resultados académicos. Después, de nuevo tomó el lápiz para estudiar administración pública, pero al parecer, solo fue a la universidad a comerse la merienda. Dicen que tras el triunfo de los rebeldes estudió algo, pero no puedo menos que dudarlo, conociendo cómo le gusta la buena vida y tan poco el sacrificio.
Esteban Lazo, actual presidente del Parlamento, solo estudió hasta la primaria, y luego, los estudios que realizó, fueron en escuelas partidistas (incluyendo esos cursos ‘avanzados’ de economía a los que hace referencia). De ahí, que no sepa leer, ni hablar, ni hacer nada bien.
Por su parte, Miguel Diaz- Canel, según su biografía, es Ingeniero Electrónico. No sé si este señor, sabrá arreglar un tomacorriente, pero lo que si sabemos todos es que no sabe ni hablar, y menos en Inglés. El hombre de la limonada no se cansa de hacer papelazos y, lo peor de todo, sigue poniendo a los cubanos en un escalón cada vez más bajo.
Pero eso no queda ahí, el otrora secretario del Partido Comunista en Villa Clara y Holguín, y exministro de Educación Superior, tiene un título de doctor por la Universidad de La Habana. Y yo me pregunto cómo pudo hacer el grado si no habla inglés.
Cuba ha involucionado a pasos agigantados. Muchos de los médicos de hoy, ni de medicina saben, los profesores no son los pedagogos de antaño, y las nuevas generaciones están llenas de faltas de ortografía. El país se cae a pedazos.
Y el impuesto presidente hace el ridículo cada vez que habla. El pobre, no se le puede pedir peras al olmo.