Por José Walter Mondelo
La Habana.- Hace hoy 105 años nació Ted Williams, «The Kid», «The Splendid Splinter», leyenda inmortal del béisbol, considerado el mejor y más eficiente bateador que haya existido.
Desde su debut en Grandes Ligas, sembró el terror entre los pitchers. Las anécdotas sobre su descomunal habilidad como bateador forman parte del folklore deportivo. Último bateador en conseguir un average de bateo superior a .400, hazaña que no se ha vuelto a ver en Grandes Ligas desde 1941. Alcanzó dos veces la Triple Corona de Bateo (Avg, HRs y CI), y perdió la tercera por dos milésimas de punto en el average.
A pesar de perder casi cinco temporadas completas por ser llamado a servicio activo en la Segunda Guerra Mundial y la Guerra de Korea, como piloto de combate, a su retiro del béisbol, con 42 años de edad, en 1960, dejó números impresionantes: 525 2B, 521 HRs, 1839 CI, 2021 BB, el segundo mayor SLG de la historia, con .634, y el mayor average de embasados de todos los tiempos, .483, testimonio de su casi increíble concentración y disciplina en el plato, que lo convirtieron en el único bateador en toda la historia del béisbol en combinar más de 2000 BB y menos de 710 K, una ratio de 3-1 que resulta casi inconcebible. Uno de los hobbies favoritos de los expertos es debatir cuánto habría podido lograr Williams de haber jugado las 5 temporadas que pasó en el Ejército.
Ganó dos MVP y terminó segundo en la votación (que debió haber ganado) cuatro veces; no fue elegido MVP en las dos temporadas en que logró la Triple Corona. Jugó en 19 Juegos de Estrellas.
Elegido miembro del Salón de la Fama del Béisbol en 1966, su discurso en esa ocasión es recordado como un alegato en favor del reconocimiento a las estrellas afroamericanas del béisbol, que no pudieron jugar en Grandes Ligas hasta 1947, por la prohibición racista que se los impedía.Escribió un libro «The Science of Hitting», donde describió su enfoque científico del bateo, que hasta hoy es reverenciado como uno de los mejores textos sobre sobre el tema, y lectura obligada para cualquier jugador de béisbol.
A continuación algunas anécdotas que retratan la determinación, la ética como bateador y también el sentido del humor de esta leyenda del béisbol.
Cuando el lanzador cubano Pedro Ramos se enfrentó por primera vez a Williams, lo ponchó con cuatro pitcheos y luego de que la bola se paseó por el cuadro, la tomó y le pidió a Teodoro que se la firmara. El toletero de Boston lo complació. En el segundo turno, al primer lanzamiento, Ted le dio un soberbio jonrón y cuando cruzó por la tercera hacia el “home”, le voceó a Ramos, “Ve a buscar esa pelota para firmarla también”..
El receptor de los Yankees Yogi Berra, tenía la costumbre de montarle conversación a los buenos bateadores cuando llegaban al pentágono para que no se concentraran. Un día, cuando llegó a batear Ted Williams, Yogi le dijo: “¿Cómo está la familia, Ted?, pero no obtuvo respuesta. Sin embargo, al siguiente lanzamiento Williams disparó tremendo jonrón, y cuando arribó al plato le dijo a Berra: “Todos muy bien, muchas gracias Yogi”.
Williams en 1941 bateó .406 y no ganó el MVP de la Liga Americana. En el último partido de la serie regular (28 de septiembre), el manager Joe Cronin le sugirió que se quedara en la banca, ya que su promedio era de 399.5, por lo que al redondearlo llegaba a 400. Se negó diciendo que tenía que jugar, y si no bateaba .400 era porque no lo merecía. En ese juego se fue de 4-3. En el segundo partido Cronin le dijo a Ted que lo iba a sentar, que ya tenía 400 y el título de bateo en la cartera, pero se negó de nuevo, y volvió a batear de 4- 3 y subió a 406, una cifra que es en sí misma leyenda del béisbol.Después de su retiro como pelotero, Williams fue manager de los Senadores de “Washington”, en 1966. Siempre en busca de la perfección, no toleraba la baja producción de su equipo y durante una práctica de bateo, al ver que los jugadores conectaban demasiados rollings, se puso tan furioso que agarró un bate (tenía 51 años), fue a la caja de bateo para hacerles una demostración y de los diez pitcheos que le hizo el lanzador de práctica, pegó siete de ellos contra la pared del jardín derecho, voló la verja dos veces y disparó una línea bestial por el jardín central. “Eso es lo que yo quiero que hagan”, exclamó ante los avergonzados jugadores que no sabían donde meter la cara.
Cuando el premier cubano Conrado Marrero, “el guajiro de Laberinto”, lanzaba con “Washington”, su coterráneo el pitcher Camilo «Patato» Pascual, le pidió consejos a Marrero de cómo lanzarle a Ted Williams, y éste le dijo “pitchéale y agáchate”. Otra vez le volvieron a preguntar a Marrero y señaló “guárdate la bola en el bolsillo, contra Williams no hay envío saludable”.
(Tomado del muro de Facebook de José Walter Mondelo)
