Por Oscar Durán
La Habana.- Veo el calendario del torneo promocional de la Liga de Campeones de béisbol y no quisiera estar en la cabeza de los peloteros granmenses. Hace unos días, hablaba por messenger con unos de los integrantes del plantel y me decía que la está pasando fea en Bayamo. Para conseguir comida y alimentar a su niña tiene que hacer mil malabares. Ha vendido sus spikes, guantes, maletines y dos de los uniformes de cuando los Alazanes fueron campeones.
No quise preguntarle si se iba a quedar en México, país sede de la competencia. Tampoco me debo meter en esos asuntos internos tan delicados. Ojalá y tome una decisión correcta por el bien de su familia y el futuro de su hija. No le veo gracia alguna estar jugando una Serie Nacional al resistero del sol, sin las atenciones necesarias y con la mente puesta en el refrigerador vacío de la casa.
La justa empieza el 28 de septiembre, el mismo día en que muchos comunistas están celebrando un aniversario más de los Comité de Defensa de la Revolución (CDR). No quiero poner el dedo con el tema de las deserciones, pero ojalá se quede medio equipo en tierras aztecas, con dedicatoria incluida al hombre de la regadera.
Alazanes, ustedes fueron campeones por cuatro años. ¿Qué consiguieron? Posiblemente lo único que lograron es tener la piel más quemada, jugando al resistero del sol a temperaturas elevadísimas. Miren a los tuneros, los están paseando en motocicletas por toda la provincia como si fueran donantes de sangre destacados. Todavía Yordanis Alarcón debe estar esperando que le resuelvan una casa en la capital provincial. Ganen o pierdan, tendrán el mismo recorrido de los Leñadores cuando vengan de México, pero en vez de motos, sería a caballo.
Por cierto, ahora mismo en la capital granmense están recibiendo al equipo Bayamo que intervino en las Pequeñas Ligas. Esos pequeñines querían quedarse hasta el domingo para presenciar la final del torneo; sin embargo, la dictadura ordenó el inmediato regreso, evitando más deserciones. Recordemos que uno de los entrenadores abandonó la delegación unos días después de llegar a Estados Unidos.
A esperar entonces por la voz de play ball en Mérida. Sea cual sea el resultado y la decisión que tomen, no olviden el ejemplo de Ciro Silvino Licea. Después de viajar medio mundo con el equipo Cuba y ser de los mejores lanzadores de las isla, solo pudo quitarle al régimen una casa, una moto eléctrica y el Polski destartalado de Carlos Martí. El Indio se cansó y tomó la ruta de los volcanes. Ustedes la tienen más fácil, Alazanes. Suerte en todo.