Por Oscar Durán
La Habana.- Es muy fácil responder esta pregunta que le hice a mi colega Jorge Sotero, pero el calor de Cuba y la cerveza -no escribió la marca- le jugaron una mala pasada y estoy en desacuerdo con su respuesta. Por completo. La razón es muy sencilla: todos los extremos son malos. Y estos dos son par de extremistas.
De Miguel Díaz-Canel me limitaré a hablar porque ya los lectores de El Vigía de Cuba deben estar saturados de leer tanta crítica a ese canalla vestido de guayabera. Personaje nefasto, puesto en el cargo de presidente a través del dedo de Raúl Castro. Un tipo sin moral, subordinado a un viejo de 92 años.
En tanto, Javier Milei, uno de los candidatos presidenciales argentinos, es distinto. Para empezar, es graduado de economía y vive solo con sus perros. Díaz Canel no sabe de economía y vive con una burra, única de su especie. Con esto voy a dejar algo claro. Milei es muy superior a Canel por donde quiera que lo mires. Además, escribe twitter como estos: “Nicolás Maduro y Miguel Díaz-Canel son dictadores, narcotraficantes y terroristas. En sus países no existen los Derechos Humanos, la pobreza llega a un 90 por ciento, los opositores son secuestrados, torturados y asesinados. Recibirlos en Argentina es una vergüenza internacional”.
¿En qué no estoy de acuerdo con Milei? Se define anarcocapitalista, el Estado es su principal enemigo. Ve con buenos ojos traficar con órganos, “sería un mercado más”, dice. Cerrará el Banco Central, llevará al país hacia una dolarización -mi colega Sotero ve con buenos ojos esta medida, yo no-, privatizará varias empresa son del Estado, permitirá la compraventa de armas, legalizará las drogas, niega el cambio climático y quitará la mitad de los ministerios.
Estamos en presencia de un ultraderechista radical. Si ganó las primarias es porque el argentino quiere ver algo nuevo en la Casa Rosada que no sea el kirchnerismo mediocre de siempre. Sin embargo, lamento decirles que Milei no llegará a presidente. Al menos esta vez, no. Argentina no está preparada para un gobierno de este tipo.
“No vine a guiar corderos, vine a despertar leones”, así define su política el economista argentino. Más allá de mi desacuerdo con sus ideas, qué falta nos hace a los cubanos coger esa frase como brújula, aunque venga de un radical. Las hienas del poder temblarían de miedo y se largarían de una vez y para siempre. A fin de cuentas, a nosotros nos gobiernan unos extremistas de izquierda desde hace 64 años.