Por Freddy Núñez Estenoz (Director Teatro El Viento)
La Habana.- El desastre inició con el reordenamiento económico, propaganda, mucha propaganda que nos vendía el reordenamiento como el PUNTO FINAL a nuestras miserias y el primer paso hacia la tan ansiada dignidad económica. La ilusión floreció en nosotros, muchos regresaron al trabajo estatal y sacaban cuentas de sus vidas futuras, vacaciones soñadas. Todo posible y alcanzable con nuestro trabajo digno.
Pero el reordenamiento NO FUNCIONÓ, y el PUNTO FINAL prometido, anunciado y cacareado, se convirtió en un punto y seguido de proporciones inimaginables que nos acercaría más al abismo.
La inflación se disparó, el dólar y otras divisas escalaron y escalan a puntos insospechados, ni siquiera el Everest será la meta.
Vivir se ha convertido en un acto riesgoso, médicos, profesores, artistas, ingenieros, técnicos, (ese personal que supuestamente debería estar en la cima de la pirámide dada su alta calificación) abandona su trabajo y busca refugio (literalmente refugio) en el sector privado, pues sus salarios desde el empleo estatal son verdaderamente irrisorios.
Hace unos días limpiaba el jardín de mi casa y alguien pregonaba la venta de atún en conserva, (qué duro desmontaje de la utopía) quien vendía era mi médico (y no exagero, ni coloco en un plano teatral la situación)
Estamos agotados, cansados, nadie aporta una acción razonable, tal parece que vamos de improvisación en improvisación y en este juego de prueba y error, vamos exterminando la escasa fe, sembrando desconfianza. Ni esos programas televisivos donde ANTES LA PALABRA ERA LEY, ahora son confiables, allí en la mayoría de las ocasiones no hay respuestas para las preguntas y tampoco hay preguntas reales, solo el ensayo de una puesta en escena fatal, distorsionada, carente de autenticidad y verdad.
Con el reordenamiento, llegó la inflación, como bozal a la inflación trajeron el parche de la bancarización.
¿En qué país viven los que definen esas políticas?
Para la bancarización ES IMPRESCINDIBLE INFRAESTRUCTURA y Cuba está muy lejos de poder costear los gastos de modernización de la obsoleta infraestructura bancaria. Entonces, ¿a qué juegan? ¿Qué pretenden conseguir?
¿Será que en estos cálculos no se tienen en cuenta las víctimas, las consecuencias?
En este país la mayoría de la población es vulnerable en términos económicos.
Todos estamos sufriendo el impacto de la experimentación económica y quién da la cara, quién ofrece una explicación cierta, objetiva, una explicación en la que podamos confiar.
No estábamos preparados para el reordenamiento y esa cacareada ley se convirtió en uno de los peores desastres económicos de esta Isla y nadie dio la cara.
No estamos preparados para la bancarización y, aun así, otra vez metemos la pata. Como camisa de fuerza implementamos una ley que es imposible llevar a término dada nuestras limitaciones estructurales.
Pero avanzamos, y sí, sí nos duele a los de economía vulnerable, que somos el pueblo, que somos la mayoría. Nos duele.
Las recién llegadas Mipymes, parecieran ser el factor desencadenante de la bancarización. Aún sin ser economista, considero que no es así, tienen que ver con este proceso, pero no son el pollo del arroz con pollo.
Las Mipymes son nuevos actores económicos obligados a gestionar sus productos en dólares, una divisa que el estado no tiene y que solo pueden ser adquirida en el mercado negro, el cual se rige por la especulación desmedida. ¿Para qué las Mipymes depositarían su dinero en un banco estatal, si los verdes para adquirir mercancías solo existen en la periferia económica que ofrece el mercado informal?
Sé que dentro de nuestros economistas hay mucha gente con ideas brillantes, novedosas, arriesgadas, diferentes, muchos de nuestros economistas saben que la bancarización no funciona en nuestras actuales circunstancias. He leído excelentes artículos al respecto. Entonces, por qué no abrir el debate, discutir con todos, los que dicen sí y principalmente los que dicen no.
Creo que de ese SÍ Y NO, puede surgir un camino cierto, pero otra vez se quedan con las respuestas complacientes, esas que son música para sus oídos. Otra vez se guían por los que asienten con la cabeza, se guían por los que levantan la mano en aprobación eufórica, sin saber a profundidad de qué se está hablando. Esos procederes, la historia nos ha demostrado que no funcionan. En la contradicción está el desarrollo, el crecimiento. Necesitamos la contradicción y la opinión múltiple para el florecimiento de esta isla.
A estas alturas queda muy claro que no podemos prescindir de las Mipymes y que el futuro de esta isla dependerá en gran medida del aporte que hagan esos nuevos actores económicos. Las Mipymes son un oasis de agua salada en medio del desierto, aún deben ser desalinizadas para que sea totalmente saludable su consumo, pero aún así, con sus precios desmedidos, son la opción más directa para la mayoría, pues el estado no tiene opciones disponibles para cubrir la demanda de la población.
¿Solución para este desastre? Creo que la única solución es una apertura económica real, apertura sin miedos, apertura controlada, estudiada, apertura pensada en nosotros, los de bajos ingresos, aperturas destinadas a mejorar la precaria vida del cubano de a pie, del que permanece aquí, con fe o sin fe, pero aquí, resistiendo y sosteniendo los cimientos de esta isla.
No hay solución inminente para este desastre, pero sí pueden detenerlo, hacer stop, analizar a profundidad el problema. Ahora tienen como documento de estudio la catástrofe causada en apenas unas semanas del experimento bancario. Ahora tienen una suerte de radiografía del impacto social de una medida tan improcedente dadas nuestras actuales circunstancias. Ahora pueden valorar quién sufre el impacto real de estas medidas y por supuesto pueden tomar la opción de proteger al vulnerable que a fin de cuentas es la mayoría.
Stop, stop, detenerse es de sabio, aferrarse por orgullo o por la incapacidad de reconocer el error, es la peor opción.
Somos un país altamente envejecido, la mayoría de nuestros adultos mayores no saben y no pueden lidiar con la tecnología. ¿Acaso no pensamos en ellos, en sus limitaciones para acceder a estos servicios?
Mientras la molestia colectiva va escalando de nivel en nivel, solo nos van quedando las redes sociales para verter nuestras opiniones, mientras la angustia y la desesperanza nos consume, nosotros seguimos resistiendo creativamente, cambiando de color como el camaleón para intentar sobrevivir.
Si la bancarización continua, la crisis se agudizará, las consecuencias ya son notables; la decapitación forzada de negocios emergentes ya es visible, el encarecimiento de la vida está a la orden del día o, mejor dicho, a la orden de nuestro canibalismo económico. Proliferan negocios de canje y recanje de efectivo, un empleo nuevo y otro tinte negro para nuestro mercado oscuro. Salarios de obreros con atrasos de más de 10 días, porque no hay efectivo, jubilados imposibilitados de cobrar sus chequeras porque los cajeros no tienen dinero disponible. ¿Cómo viven esas personas? ¿Qué alternativas tienen?
En lo personal, yo extraño el CUC, ese tipo sí era duro, permaneció décadas estable, entre 24 y 26 cup, ese tipo sí tenía los pantalones bien puestos, hasta el mismísimo Mister Dólar estaba por debajo de su mando.
Yo extraño el CUC, hasta su color era bonito, inclusivo. Su diseño era de alta gama y su poder era el de un verdadero superhéroe isleño, capaz de destruir a los malvados superhéroes que habitan el brutal imperio.
Yo quiero que regrese el CUC y machete en mano como un auténtico mambí oriental ponga todo en orden.
(No creo que el desigual CUC era la solución, pero era mejor que esto que ahora no sé cómo llamar)
EN LOS TIEMPOS DEL CUC ÉRAMOS FELICES Y NO LO SABÍAMOS.
No entiendo porque no imprimen papelitos, total…, chiquiti, chiquiti…, impriman papelitos, si nuestros papelitos no tienen respaldo en oro, ni en nada, impriman papelitos, chiquiti, chiquiti…, impriman a pululu…, ah…, ¿qué es muy caro imprimir papelitos con cintas de seguridad e imágenes a trasluz? Pues entonces den tickets firmados con firmas importantes, tickets equivalentes a dinero, no sean dogmáticos, tengan creatividad pro-activa y los de economía vulnerable le estaremos muy agradecidos.
(Lo de imprimir papelitos es solo una ironía, sé que tampoco esa es la solución a nuestra situación)
¡Dios! Si definitivamente desaparece el dinero en efectivo, extrañaremos ver a nuestros radiantes héroes impresos en papel moneda. Sobre todo, al más ilustre de los cubanos, ese que corona el desahuciado billete de un peso.
NOTA:
No iba a escribir sobre estos temas. Por momentos pienso que lo nuestro es un problema sin solución. Pero hoy vi llorar a una anciana, la vi llorar con ese llanto de nudo en la garganta que te impide hablar. La vi llorar frente a un cajero, después de tres días intentando extraer dinero de su chequera sin conseguirlo. Esa anciana muy bien podría ser mi madre.
Así que tomé 500 pesos de mi billetera, se los entregué y me fui sin darle oportunidad a agradecerme. Temía que pudiera rechazar el dinero.