¿POR QUÉ FALTA EL AGUA EN CUBA? I

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Por Jorge Sotero

La Habana.- Amigo Oscar Durán, si esa pregunta con la que me emplazas hoy, se la haces a alguien del gobierno, y no necesariamente a la presidenta del Instituto Nacional de recursos Hidraúlicos (INRH) o a los encargados de Hidrología de las provincias y municipios, esgrimirán un grupo enorme de razones que nada tienen que ver con la realidad.

Te dirán que las cuencas cubanas se han visto afectadas en los últimos años, que muchas presas ya no se llenan como antes, que no llueve como hace una década, que el fenómeno climático de el Niño -o la Niña-, que el cambio climático y los polvos del Sahara…

Incluso, te pueden decir que el bloqueo es tan intenso que el gobierno no puede comprar turbinas, tuberías, ni los equipos necesarios para reparar los sistemas de trasvase o hacerlos nuevos. Y que no hay divisas para esas tareas, que el gobierno las destina a la Educación y la Salud, cuando todos sabemos que es mentira, que las ‘grandes’ inversiones no van ni a las escuelas ni a los hospitales. A los hoteles. A unos hoteles que permanecen vacíos la mayor parte del año.

Pero todo eso forma parte de la estrategia del sistema para que las personas crean que ellos hacen todo lo posible por satisfacer las necesidades más vitales, y que si no lo consiguen no es por culpa de los que gobiernan, más bien de esos azares que le ha tocado vivir a un grupo de países, y entre los cuales no debería estar Cuba, donde llueve, a veces demasiado, donde hay ríos que corren todo el año, pero muchos de ellos contaminados por la propia gestión gubernamental, y que convierten sus aguas en inservibles.

Con un gobierno medianamente eficiente, cada casa cubana tendría agua las 24 horas del día, los 365 días del año, tal como sucede en la mayoría de los países de este mundo. Pero eso de gobierno eficiente no va con el cubano, cuyas dependencias pueden romper hoy una calle para reparar una tubería, y demorar un año en hacerlo y dejarla abierta después.

Que nadie olvide que los alrededores del mercado de Cuatro Caminos, donde al final hicieron una chapucería, estuvieron por años bloqueados porque intentaban reparar tuberías de agua. Y al final, ni agua, ni calles, y sí inundaciones cuando llueve, porque todo lo hacen mal.

Si Cuba fuera un país serio, con un gobierno serio y eficiente, habría hasta plantas desalinizadoras, como las que han puesto a funcionar en algunos hoteles. Pero, claro, los turistas importan, y el pueblo no.

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