Por El Estado como tal (Facebook)
La Habana.- Con la “bancarización”, las PYMES, el trabajo por cuenta propia (TCP), y los productores agropecuarios privados estarían funcionando como un fusible: eventuales “rupturas” resguardarían un sistema mayor, aunque cabría esperar impactos diferenciados al interior de los privados.
La “bancarización” forzada parecería ser una “solución” para no asumir estatalmente el costo de la disponibilidad del efectivo demandado, asumiéndose que la digitalización financiera ofrecería una opción economizadora, traspasando el costo al sector privado y al consumidor.
La creación de condiciones técnicas en las PYMES, TCP y productores agropecuarios privados, y la adaptación a las nuevas reglas bancarias representaría un costo adicional de productos y servicios, que es previsible que pudiera ser traspasado a los precios de consumo.
La justificación de la “bancarización” incluye la conveniencia de reducir costos de emisión transportación, procesamiento y almacenaje de efectivo, y de operación de cajeros automáticos, pero oficialmente no se ha dicho que ahora no exista disponibilidad de efectivo.
Desde hace meses se reportan dificultades para acceder al efectivo a través de los cajeros, pero hasta hace poco se aclaraba oficialmente que no era un problema de disponibilidad de efectivo, algo que es responsabilidad del Banco Central de Cuba.
El problema pudiera ser no tanto el costo de la reimpresión de los billetes de CUP con la misma denominación actual, sino que habría que emitir billetes de mayor denominación y reemplazar progresivamente billetes de poca denominación con moneda metálica.
Los billetes de CUP inferiores a 100 CUP (0,43 USD) se han convertido en billetes “incómodos”, y probablemente el costo de impresión (en divisas) de los billetes de menor denominación (1,3,5,10,20 y 50 CUP) sería mayor que el valor inscrito en los billetes.
El efectivo no desaparecerá pronto en Cuba y el gobierno deberá enfrentar la impresión de billetes con mayores denominaciones. No queda claro si la “bancarización” reduciría mucho esos costos, ni si eventuales impactos negativos de la “bancarización” superarían sus “ventajas”.