Por Jorge Sotero
La Habana.- Fidel Castro puede tener culpa de los males que aquejan a Cuba, por ladino, manipulador, egocentrista, asesino y cuantas cosas más quieras endilgarle al dictador, que no conforme con las propiedades y la fortuna que hubiera heredado de su padre, quiso más y se apoderó de Cuba para sí, su familia y su cohorte de lamebotas. Pero no es el principal.
Para mí, amigo Oscar, hay otros dos responsable. El primero de ellos, Estados Unidos. Si las respectivas administraciones estadounidenses no le hubieran abierto la puerta a cuanto cubano salió huyendo de la isla, desde el mismo enero de 1959, la situación en el país se hubiera vuelto insostenible para el dictador.
Pero cada vez que alguien hacía. o decía algo, el castrismo lo amenazaba, y entonces Washington lo acogía en su seno y Cuba se quedó sin oposición, sin liderazgo, sin personas valientes que le pudieran plantar cara al castrismo. Y eso fue así desde 1959 hasta este preciso instante, desde Ike Eisenhower hasta Joe Biden, incluyendo a Kennedy, Reagan, Bush y Trump, entre todos los otros.
Y el segundo culpable es el pueblo cubano. Un país con 10 millones de personas no puede dejarse someter por una familia, por más policía que tenga o militares bien armados. No importa que tenga el gobierno un sofisticado sistema de espías, de chivatos, de grupos armados entre la misma población. Nada de eso es óbice para que haya aguantado tanto tiempo, tanto sometimiento y tanta manipulación.
Cuba tiene que seguir el ejemplo de otros pueblos valientes, salir a la calle un día y no regresar a sus casas hasta tanto la cúpula castrocomunista haya abandonado cada uno de los lugares donde tiene control
Solo así espantará a la lacra que ha desgraciado el país y lo ha convertido, de una isla floreciente, en uno de los países más pobres del mundo.