Por Emilio L. Herrera Villa (https://www.facebook.com/photo/?fbid=560513886295311&set=a.384152073931494)
La Habana.- Alejandro seguramente no fue la primera persona en la historia que obtuvo este título. El rey persa Ciro el Grande y el faraón egipcio Ramsés el Grande iban delante de él. Pero se registra que incluso en la Antigüedad los emperadores romanos ya conocían a Alejandro como «el Grande».
La primera pista es el liderazgo de Alejandro. Los expertos militares todavía lo consideran uno de los comandantes más destacados de la historia. Podría decirse que no hay nadie más en la historia que pueda inspirar y motivar a sus hombres como lo hizo Alejandro. Se han sugerido muchas explicaciones: sufrió las mismas heridas que sus soldados, prestó atención a todos los hombres del ejército y siempre lideró el ataque en persona. (En realidad, fue el último gran comandante de la historia en correr este riesgo personal).
Pero aparte de todo eso debe haber habido un factor decisivo del que solo podemos maravillarnos: el carisma. Alejandro era el único individuo cuya autoridad personal podía mantener unido su enorme imperio. Después de su muerte, casi de inmediato se desmoronó en reinos competidores.
Alejandro pertenece a la categoría de «individuos que dieron forma al mundo tal como lo conocemos». Antes de Alejandro, la civilización mundial había estado dominada por las culturas orientales: persas, egipcias, babilonias. Alejandro cambió el foco de atención de una vez por todas. A partir de ahora, las sociedades occidentales de romanos y griegos se harían cargo de la antorcha.
Alejandro había comenzado a acuñar las reservas de oro de los reyes persas y utilizó sus recursos para continuar sus conquistas y construir nuevas ciudades y puertos. La civilización griega se extendió por el mundo conocido, mejorando las relaciones comerciales y las actividades económicas. El sistema económico que comenzó a tomar forma después del reinado de Alejandro se mantuvo prácticamente sin cambios hasta la Revolución Industrial de finales del siglo XVIII.
Por encima de eso, Alejandro había establecido los límites de lo que se consideraba la tierra habitada. Duraría hasta los viajes de portugueses y españoles, a finales del siglo XV, cuando los europeos estuvieran convencidos de que finalmente habían explorado más allá de lo que había hecho Alejandro.
(Emilio L. Herrera Villa es un destacado periodista, especialista en temas históricos)