Por Jorge Sotero
La Habana.- Un auto de la Fiscalía provincial de Granma se incendió ayer y se quemó ante la mirada atónita de algunos transeúntes y de una pareja de policías, que intentó apartar del lugar a los curiosos. Pudo ser accidental como casi todo lo que sucede en Cuba últimamente, pero también puede que alguna mano intencionada estuviera detrás.
Los incendios en vehículos son normales, que no habituales. Me explico; pueden ocurrir pero no es habitual que ocurran, porque los autos modernos pasan procesos previos de protección contra estos fenómenos antes de entrar a la línea de producción en cadena. Aunque estas cosas no aplican para aquellos que llevan mucho tiempo en funcionamiento en la isla caribeña.
Con los carros no ocurre como con las motos eléctricas, que en Cuba la han cogido por incendiarse un día sí y otro también. Por ejemplo, en la provincia de Sancti Spíritus, el último reporte habla de 23 solo en lo que llevamos de año 2023, a más de tres por mes, en un lugar donde tampoco hay decenas de miles de estos vehículos.
Según versiones de testigos presenciales, recogidas por El Vigía de Cuba, los incendios de las motos eléctricas suelen ser antecedidos por la explosión de sus baterías, mayormente de gel, con lo cual el fuego se dispersa varios metros a su alrededor y luego cuesta detenerlo, como ha ocurrido dentro de algunas viviendas o parqueos, que se han quemado completamente.
Pero el de las motos no es el tema, sino esos supuestamente ocasionales, como el del los Astilleros del Golfo, en el municipio de Manzanillo, en el sur oriente de Cuba. Las llamas comenzaron en la madrugada en el almacén de resina, donde se encontraban unos 100 tanques de ese material. Luego del incendio, el perfil Bomberos de Cuba ubicó el siniestro en la Unidad Empresarial de Base (UEB) Cubalub, del referido municipio.
En las acciones por extinguir las llamas, dos de los bomberos resultaron lesionados en primera instancia, y luego se habló de cuatro y hasta cinco. De quienes se habló primero eran reclutas del servicio militar, jóvenes sin experiencia que el Minint moviliza para ponerlos a hacer una labor que en el mundo entero lleva una gran especialización y experiencia.
También se incendió en días recientes la emisora Radio Cadena Agramonte, en la ciudad de Camaguey, supuestamente por un cortocircuito, y aunque no hubo daños mayores en la infraestructura ni víctimas, el suceso llamó la atención de los camagueyanos y generó diferentes opiniones. Eso sí, el equipamiento técnico de la emisora sufrió severos daños.
Algunos se preguntan si fue intencional o no, aunque la versión oficial -sin investigación alguna, como ocurre siempre- dice que las llamas comenzaron por un máster de la emisora, que fue donde primero se sintió el olor a plástico quemado.
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En El Vedado, en La Habana, en la calle Línea, entre N y O, también hubo otro incendio, al cual tuvieron que acudir los bomberos, porque salía una densa humareda negra del lugar.
En los últimos meses, también hubo fuegos espontáneos, algunos en horas de la noche en almacenes, casas de tabaco, cañaverales, incluso uno enorme, que duró varios días, en la región boscosa del norte de Holguín.
Hasta el momento, al menos que sepa El Vigía de Cuba, no hay informe sobre investigación alguna, al menos oficial, sobre la causa de los incendios, que cada vez despiertan más suspicacias entre las personas, que creen que hay una mano oculta detrás con la intención de golpear al sistema y sus instituciones.
Todo eso ocurre después de grandes accidentes, como el de la terminal de Supertanqueros de Matanzas, o el del Hotel Saratoga, que dejaron cuantiosas perdidas a la economía castrista.
Lo cierto es que los incendios en Cuba cada vez parecen más intencionados, sobre todo porque cuando el gobierno ofrece los resultados de las investigaciones, siempre son poco creíbles, como intentando ocultar algo. Y la población sabe, y los gobernantes más, que en la sombra hay personas que trabajan para hacerle daño al sistema, para golpearlos allí donde más les duele.