(Tomado del muro de Facebook de Joel Fonte)
La Habana.- Mientras el mayordomo de Raúl Castro viaja por el mundo con un séquito de burócratas y veladores de lo que él mismo hace… -ahora al compás de la brisa atlántica portuguesa- en Cuba el director general de la Unión Eléctrica, por un lado, y por el otro el miembro del secretariado del Comité central del Partido Comunista y jefe de su «departamento económico productivo» -dos funcionarios en torno a los cuales se aglutinan varias docenas de obesos más- nos explican que la solución a la incapacidad del régimen para resolver de una vez lo que en décadas no logra, que es un sistema de generación eléctrica estable, eficaz, está en «consumir menos», porque «no hay manera de servir más electricidad»…
Ninguno de estos individuos de cuello blanco -Diaz Canel el primero- ve la gestión de un gobierno eficiente, que alcance resultados, como una obligación, como un imperativo cuyo incumplimiento generará su despido, o hasta su juzgamiento de ser criminal su incompetencia o corrupción.
Se saben inamovibles porque en la concepción misma del régimen que integran está previsto así: el Estado, sus instituciones, el gobierno, las fuerzas militares y represivas… todo gira en torno a la voluntad de un partido que controla un solo hombre; y solo su deseo prevalece.
Si le «caes bien» a Raúl Castro, nada más importa…
Por eso todas las decisiones que emanan de ese Poder vuelcan el sacrificio sobre el pueblo, y no limitan los privilegios del dictador y su canalla…
Ahora mismo las nuevas víctimas son los nuevos cientos de médicos que engrozaran la larga lista de decenas de miles que por más de dos décadas viene explotando el Castrismo al por mayor, desde que el chavismo se tragó a Venezuela.
Cómplices? Nunca le faltarán.
Cuando al miope inducido López Obrador le cuestionaron si no se consideraba cómplice del tráfico de personas que el Castrismo practica al contratar a más de 500 médicos en México, respondió haciendo lo que el presidente portugués hará ahora: mirar a otro lado.
Ese es inequívocamente un negocio de tráfico humano, verificable en los instrumentos jurídicos internacionales sobre comercio de personas, explotación laboral y otras conductas delictivas reprimidas por la comunidad mundial. Estudiar esas normas y compararlas con las prácticas del régimen cubano, hacen incontestable esa acusación.
Si a esos médicos y trabajadores de la salud les roban su trabajo arrojandoles migajas, mientras sus consultas en Cuba quedan vacías o cubiertas a medias con estudiantes, no es prioridad para un régimen ansioso de llenar sus bolsillos.
Es el mismo régimen que no garantiza alimentos, medicamentos, transporte, educación de calidad, viviendas, agua… nada de lo que debería ser la obligación de un gobierno en un sistema democrático…
Es el que nos paga salarios de esclavos modernos por nuestro trabajo, mientras abre una tienda tras otra, establecimientos de todo tipo, construye hoteles, y dolariza la economía.
Los alimentos y todas las necesidades de los cubanos están en esos anaqueles al precio de dólares, euros…
Para ellos, mientras tanto, seguirán los viajes y privilegios, porque esos si no les pueden faltar…
Y, quién paga todo eso?
No más temor. Exijamos nuestros derechos. No más dictadura en Cuba.