(Tomado del muro de Facebook de Alina Bárbara López Hernández)
La Habana.- La destitución de Ramón Samada como director del ICAIC (porque destitución fue sin duda alguna) tiene a mi juicio dos lecturas muy interesantes.
Una tiene que ver con el poder y sus mecanismos. Otra tiene que ver con los cineastas, que son la ciudadanía concentrada a nivel gremial.
El poder ha actuado como rara vez hace en Cuba: cambiar algo (y no es poca cosa a nivel simbólico destituir a un director del ICAIC) para no perderlo todo. Porque Samada, a fin de cuentas, no fue quien decidió nada en esta historia con la exhibición del documental «La Habana de Fito» en la televisión. No es el culpable aunque haya justificado a quiénes sí lo eran. Samada es apenas una «cabeza de turco», como mañana podrían ser el presidente Díaz Canel o el primer ministro Manuel Marrero. Repito: sacrificar algo para dar idea de un cambio que no es tal.
La segunda lectura tiene que ver con el modo ejemplar, inteligente, inclusivo y democrático con que ha procedido la Asamblea de cineastas. No se negó a dialogar con el funcionariado pero dejó claro que no esperaría por las decisiones del poder, se articuló, creó estructuras, propuso a sus representantes y votó por ellos en un proceso transparente y democrátivo que incluyó a cineastas que viven dentro y fuera de la Isla. Un ejercicio micro de lo que podría hacerse en el futuro a nivel de nación. Ellos fueron los que obligaron al poder a sacrificar una pequeña ficha.
Por eso sigo con interés este proceso, en el cual Juan Pin y su documental son apenas la «casualidad» de transformaciones que son una «necesidad».
INFORMACIÓN DEL MINISTERIO DE CULTURA
En la mañana de hoy el Consejo de Dirección del ICAIC conoció la decisión de liberar de su cargo al Presidente de la institución, compañero Ramón Samada Suárez, a partir de su solicitud personal. En la propia reunión se expresó un reconocimiento a los resultados de su trabajo en los últimos años.
También fue informada la designación de la compañera Susana Molina como vicepresidenta del ICAIC, quien desde ese cargo, asumirá la dirección de esta emblemática institución, como presidenta en funciones. Hasta el momento de su designación para esta nueva responsabilidad, la compañera Susana Molina se desempeñaba como Directora de la Escuela Internacional de Cine y Televisión, con resultados muy positivos para ese importante centro.
Como Director de la EICTV fue presentado al colectivo de dirección de ese centro y al Consejo Superior de la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano, el compañero Waldo Ramírez de la Ribera, realizador audiovisual de extensa trayectoria, miembro del mencionado Consejo, fundador de la Televisión Serrana, quien se desempeñara como representante de Cuba en Telesur y, más recientemente, como Vicepresidente Primero del ICRT.