(Tomado del muro de Facebook de Alberto Arego)
La Habana.- El periodista Alberto Arego hizo público el llamado de un hombre enfermo, con su madre, nonagenaria, postrada, para que el gobierno haga algo por él y no lo deje abandonado a su suerte, como ocurre hasta ahora.
El Vigía de Cuba reproduce acá, textualmente, la queja de Lázaro Proenza Cedeño:
«Vivo en Santa Cruz del Norte, provincia de Mayabeque, padezco ictiosis laminar congénita, enfermedad dermatológica muy difícil y dolorosa, comúnmente llamada enfermedad del hombre pez. No tengo piel, en su lugar escamas que no mueren ni se desprenden. Van creciendo unas sobre otras provocando heridas, dolor e infecciones constantes. Tengo que arrancarlas con una piedra filosa y eso me provoca más heridas, dolor e infecciones», contó Lázaro Proenza Cedeño.
«Mi cuerpo no suda ni regulo la temperatura corporal. Si me expongo al sol la temperatura del cuerpo se eleva sin control y muero por asfixia y deshidratación en poco tiempo. Para que eso no ocurra tengo que echarme agua constantemente para bajar la temperatura corporal y estoy siempre mojado y por esa razón se pudre la ropa, zapatos y ropa de cama. Estoy muy muy reseco siempre y para evitar eso tengo que utilizar cremas suavizante que nunca aparecen aquí en Cuba. El cuerpo seco me daña la vista, tanto que casi estoy ciego».
«Con todo esto en mi contra, más las dificultades y carencias de todo tipo que tenemos los cubanos de a pie, vivo solo con mi mamá de 90 años postrada por ictus desde hace seis años y depende para todo de mí. Tengo que observarla constantemente para que no se ahogue con la flema que le produce la humedad, el hongo y el moho que hay en el apto, porque la carpintería y las paredes del apto están llenas de grietas y cuando llueve se inunda y se moja lo poco que tenemos».
«Presenté una queja en la Fiscalía por la situación precaria en que vivimos dos adultos mayores, enfermos e impedidos, que además soy caso social muy vulnerable. La queja la formulé con relación a la mala situación de la vivienda y para reclamar un aire acondicionado, que supuestamente me autorizaron hace más de un año los gobiernos municipales y provincial».
El aire acondicionado lo dieron por recomendaciones médicas. «Dando curso a un certificado del equipo médico que sigue mi enfermedad. En el certificado aclara que la compra del equipo de clima es para aliviar en algo mi difícil enfermedad y condiciones de vida y ni los gobiernos cumplieron su parte y menos la Fiscalía al ignorar mi reclamo y no exigir que se cumpliera el acuerdo».
«Ese fue el certificado médico que entregué en el departamento de asistencia social del municipio y adjunto entregué un manuscrito para la solicitud del equipo de clima. Le envío también foto del manuscrito», dijo el cubano con los documentos.
«Referente a la queja hecha en Fiscalía, aquí en Cuba todo está muy bien pensado para que el demandante no tenga prueba física ni constancia escrita de ningún trámite realizado o solicitado. Toda la queja se formuló de manera verbal y la fiscal actuante estampó el manuscrito en un cuaderno confeccionado con hojas recicladas todo lo que yo le hablé», contó.
«La actitud de la fiscal hacia mí siempre fue agresiva, amenazante y coaccionando. No mostró en ningún momento deseos ni intención de solucionar ni tramitar mi petición. Siempre justificó la deficiente e ineficiente actuación de los funcionarios que deben realizar el trámite. Para poder conocer el resultado de la queja formulada, llamé a la Fiscalía un sinnúmero de ocasiones y de mala gana la recepcionista me dijo en muy mala forma el resultado de manera verbal».
«Una vez más queda demostrado que nosotros los cubanos no tenemos derecho a nada ni forma de hacer valer nuestros derechos porque ninguna institución ni organismo nos atiende. Es una ofensa a los cubanos que han muerto en nombre de la libertad del pueblo en Cuba y en otras tierras del mundo, hogares llenos de dolor por ausencia de seres queridos caídos o desaparecidos en nombre de la libertad y la justicia de los humildes».
«Día a día nuestro pueblo, los que tenemos muy poco que perder que solo nos sobra carencia, necesidades y miseria los que de verdad llevamos el peso de nuestro país para que los acomodados a todos los niveles vivan en sus dominios sin preocupaciones ni carencia de nada, somos nosotros los que tenemos que soportar la burla de los funcionarios y las acciones arbitrarias en contra de nuestro supuesto derecho como ciudadanos», concluyó Lázaro Proenza, cubano residente en Santa Cruz del Norte, provincia de Mayabeque.