Por Anette Espinosa
La Habana.- En eso de manipular al pueblo, ningún gobierno del mundo puede equipararse al régimen cubano. No hubo jamás nada parecido en la historia, y dudo de que lo haya en el futuro. No son tan finos ni sutiles, pero creen que las personas son anormales y van a creerle a pie juntillas lo que a ellos se les ocurra decir.
Aún así, muchos en Cuba creen que todos los males del país son culpa de las administraciones de Estados Unidos desde 1959 hasta la fecha, incluso las de antes. Los millones de veces que le han dicho a los cubanos, desde que comienzan en la escuela hasta en los noticieros, que el bloqueo es la causa de la crisis, del hambre y de la escasez, terminan por hacer mella y alojarse definitivamente en el cerebro de algunos.
Por suerte, el tiempo y la labor de otras personas termina por dejar en entredicho al régimen, que cada vez se siente más incómodo en su situación y mientras sus dirigentes están más aterrorizados, porque saben que en cualquier momento hay un levantamiento popular, como el ocurrido hace dos años.
Por cierto, justo a los 24 meses de las protestas masivas del 11 y 12 de julio de 2021, que pusieron en jaque a la dictadura, vuelve a dar el castrismo otra muestra de que se burla del sentido común y de la inteligencia de los cubanos. Ellos saben que pueblo tras pueblo, los cubanos saltaron a la calle porque se enteraron por las redes que habían estallado revueltas en un lugar, luego en otro, y así en toda la isla.
Y como saben que el internet juega un papel importante, justo en el segundo aniversario de las marchas contra el régimen y el inicio de la una feroz represión, cortan las comunicaciones. Pero no las cortan porque sí, sino que anuncian reparaciones, como el último anuncio de ETECSA, la empresa que monopoliza todo lo que tiene que ver con comunicaciones en la isla.
«Como parte de las acciones de mantenimiento en la red celular, le informamos a nuestros clientes que durante la madrugada del 11 de julio se estarán realizando labores programadas que son necesarios (así, con error de concordancia y todo) para asegurar la disponibilidad de los servicios», dice la publicación de ETECSA.
Más burdo no puede ser. Ni más torpe, pero qué le importa al gobierno que dos millones de cubanos no le creamos nada de lo que dice, si luego hay otros que lo hacen, que creen que es verdad, que estaba programada una reparación, cuando fue una desconexión para evitar cualquier alzamiento.
Por cierto, a estas horas y desde hace varios días, las calles de La Habana están llenas de agentes. Unos vestidos de policía, otros de verde, acompañados por perros, y luego están los despreciables de las camisas de cuadro y las manos en la cintura, miembros todos de la tristemente célebre seguridad del Estado, el brazo ejecutor de las persecuciones y los crímenes de la dictadura.
Según colegas de otros lugares del país, las ciudades capitales también están atestadas de policías, muchos de ellos improvisados, porque se trata de oficiales y soldados del servicio militar, a quien han vestido con el uniforme odioso de los agentes del orden para intentar meter miedo, como hicieron hace dos años, en muchos casos con muchachitos acabados de salir del preuniversitario, que los mandaron a las calles como tropa de choque, bajo presiones y amenazas tremendas.
Sin embargo, en todo esto hay una cosa cierta: puedes engañar a un pueblo mucho tiempo, pero no toda la vida. Y ya las personas se van dando cuenta del macabro juego de la dictadura de Raúl Castro y Díaz Canel, y en cualquier momento se produce otro estallido social, diferente al anterior, porque los cubanos saben que la próxima vez que salgan a la calle, no pueden volver a las casas hasta que no alcancen la definitiva libertad y terminen con los dictadores.