Por Jorge Sotero
La Habana.- El parque Piñera está a unos cientos de metros de la Plaza de la Revolución. Cerca de donde se deciden desde hace años las políticas en Cuba, casi que pegado al edificio de las Fuerzas Armadas, por donde pasa, religiosamente, un carro colector cada día y se lleva toda la basura existente. O se lleva los desechos, porque basura siempre quedará en esos sitios dedicados a los milicos.
Sin embargo, por el parque Piñera no pasa nadie a recoger basura. Desde hace muchos días se amontonan en las aceras del referido lugar todo tipo de desechos, sin que autoridad alguna se haya preocupado. Y nos enteramos porque Greta Cid, hija del escritor, crítico y dramaturgo, Julio Cid, acudió a las redes sociales para quejarse.
«Las fotos fueron tomadas muy temprano en la mañana, en breve comienzan a salir nuestros niños a jugar al parque ya que están de vacaciones y pocas son las opciones de recreación y por ende es más fácil que gasten sus energías en uno de los parques más bonitos que tuvo el Cerro, digo tuvo porque ya de bonito no tiene nada», insiste.
Según Greta, «este basurero tiene historia antigua, media y contemporánea, en este momento no se puede aguantar. Con estos calores tenemos que vivir cerrados porque las casas se llenan de moscas, cucarachas, ratas y mucha peste, el carro de la basura no pasa y si pasa es cada 5 días, hay un radio muy amplio de población que tira la basura aquí por la inexistencia de tanques en otras esquinas».
También dice que «es en toda la ciudad de la Habana que se puede ver este tipo de escenario» y agrega que «parece que hay que esperar a que se desate una epidemia de dengue, zika, y cuánta enfermedad tropical exista para que se tomen las medidas de higiene o que se asome un ciclón. Entonces aparecen los carros, aparecen las herramientas y aparece todo por arte de magia.
Por último, haciéndose eco del sentir de los que habitan en los alrededores, dice que «los vecinos del parque Piñera denunciamos con mucha fuerza esta situación que pone en peligro nuestra salud y nuestra vida».
En uno de los comentarios, una de las amigas de Greta recuerda que «caminas todas las calles y toda los basureros están iguales desbordados la suciedad y las enfermedades en su máximo esplendor».
Todo eso ocurre unos días después de que un carro colector de desechos fuera filmado en el municipio de 10 de Octubre, descargando pollo en una bodega, en una muestra más de que Cuba es el paraíso de las cosas increíbles, como que no haya carros para recoger basura, en tanto estos se utilizan para trasladar pollo a los lugares donde se venden.
Todo eso pasa porque no hay a quién pedirle cuentas, a quién reclamar, ni exigir, porque donde todo tiene un dueño, no hay responsables, y tampoco opciones de que lo haga algún particular.
La basura del parque Piñera la recogerán hoy o mañana, porque el régimen está tan atento a las redes sociales que se enterará enseguida de que hay montones tirada sobre las aceras del lugar. Claro, para recogerla llegarán palas mecánicas, que desbaratarán las aceras, como sucede en todos los lugares.
Y esas cosas ocurren a menos de un kilómetro de donde tienen sus oficinas los que dirigen Cuba. ¿Se imaginan cómo estarán esos sitios de los alrededores de la capital, a donde nunca va nadie de la alta dirigencia cubana, con sus barrigas de rompebotones y sus guayaberas limpias?
