Testimonios de manifestantes (II)

ARCHIVOSTestimonios de manifestantes (II)

Oscar Durán.- El relato de J.D.V. es desgarrador. A esta habanera le hicieron de todo cuando la tomaron presa por salir a la calle aquel domingo 11 de Julio de 2021. Estuvo encerrada seis meses en la famosa cárcel Manto Negro. Aquí le dejamos su historia.

“A estas alturas, no sé por qué estaba ese día en Galiano y Neptuno. Creo que había ido a conectarme a la Wi Fi porque los datos se me acabaron y mi prima me prestó la cuenta. Para ser domingo y casi la una de la tarde, había mucha gente en esa zona. No tenía idea aún de lo de San Antonio de los Baños.

De momento veo varias personas corriendo hacia el Capitolio y salgo para allá. Andaba sola. Cuando llego ahí, había un mar de gente. Libertad, libertad, libertad, se escuchaba bien alto. No te puedo explicar lo que sentí cuando me vi metida entre tantas personas gritando cosas en contra de estos HP. 

De momento nos empezamos a dirigir hacia La Punta y la multitud se dispersó un poco. Cada vez se ponía más tensa la cosa porque la Policía estaba dando golpes, pero yo tenía la sangre caliente y me importaba un bledo si me cogían presa o me mataban. Si decidí estar ahí, fue pensando en un mejor futuro para Cuba.

Frente a la estatua de Máximo Gómez, quedaban alrededor de 300 personas y frente a nosotros estaban muchos represores vestidos de civil con palos en las manos. Cuando seguimos caminando en dirección a Infanta, se nos unieron de nuevo miles de manifestantes. Cada vez que pasábamos frente a un policía, subíamos las manos y le decíamos: nosotros no somos violentistas, solo queremos un país mejor.

Miro algunos videos de ese día y no sé de dónde saqué tanta valentía para enfrentarme a esos malditos comunistas. Cuando llegamos a la avenida 20 de Mayo, me pasó un cosa muy interesante. Se me acercó un niño de ocho años pidiendo ayuda porque su mamá se le perdió de vista. Sin yo preguntarle nada a ese muchachito, dice: mami y yo salimos porque llevamos tres días sin comer. Eso me partió en dos el cerebro. Gracias a Dios, apareció la madre enseguida y no pasó aquello a males mayores.

Bueno, para no cansarte, comenzaron a tirar piedras, tiros, gases. Había jóvenes del Servicio Militar reprimiendo al pueblo, incluso, me tocó ver al hijo de una vecina lanzando objetos al pueblo. Nos oprimieron, abusaron y el pueblo solo estaba pidiendo un cambio.

La odisea mía vino el 14 de Julio. El Jefe del Sector pasó un citación por debajo de la puerta para presentarme ese mismo día en la Unidad de Zanja a las 16:30. Para allá fui sola, con miedo, no te lo voy a negar.

Me interrogaron dos oficiales por casi ocho horas. Me desnudaron completa con el pretexto de revisar. Manosearon todo lo quisieron. Las preguntas fueron básicamente las mismas: ¿Por qué gritaste abajo la dictadura? ¿Quién te pagó para eso? ¿Cuántos andaban contigo?

Ninguna de esas estupideces las respondí. Ese día dormí en un calabozo de la propia Unidad y al otro día me trasladaron hacia Manto Negro. No quisiera volver a recordar mis días en ese mugriento lugar, pero te daré algunos detalles.

Recibí tortura por parte de las carceleras. La noción del tiempo la perdí y no sabía si estaba almorzando a las 6:00 am o desayunando a las 21:00 horas. Cuando me caía la menstruación, no me daban íntimas y me prohibían bañarme. Todos los días 11 me obligaban a decir Viva Fidel y, si te negabas, no te daban comida. A veces, te ponían presas comunes en tu celda y estas querían tener relaciones conmigo.

No puedo seguir. Estoy llorando. Me fundo cuando hablo de esto.”

Check out our other content

Check out other tags:

Most Popular Articles

Verified by MonsterInsights